lunes, 16 de enero de 2017

Óptica Ciudadana ¡GASOLINAZOS! (2ª parte)  

Óptica Ciudadana


¡GASOLINAZOS! (2ª parte)



Teotihuacán en Línea. Por José Luís Hernández Jiménez. Les decía en mi anterior, estimados lectores que, con los “gasolinazos” iniciados este año y, sobre todo, sus lastimosos efectos sociales, solo estamos pagando las consecuencias de políticas públicas económicos erróneas, en particular las aplicadas en los últimos 45 años en materia petrolera. Y que…    
Las calamidades no paran ahí.                        
Resulta que aunque la demanda de gasolina en el país, no deja de aumentar - como todos quieren tener coche propio, ya logramos que circulen en el país, 28 millones de automóviles particulares. Tan solo el año que acaba de terminar, se vendió 1 millón 594 mil de ellos (solo en diciembre pasado, se vendieron  183 mil automóviles nuevecitos) - las 6 refinerías del país, convertidas en verdaderas chatarras por el abandono presupuestal en que las tienen, ya no producen lo necesario. Están refinando menos de la mitad de gasolina de la que requiere el país.
De ahí que desde fines del siglo pasado, ya compramos gasolina, a los gringos por supuesto. En 2006 ya se importaba el 28 por ciento de la que se consumía en México. Para 2016, ya se compra en el extranjero, el  59 por ciento – algo así como 485 mil barriles diarios de gasolina - del total consumido.  O sea, 15 por ciento más que en 2015.  Si el General Cárdenas y el Ingeniero Heberto Castillo, volvieran a nacer y se enteraran de tal desastre ¡se volvían a morir del puro coraje! 
En ese entorno,  los Poderes Ejecutivo y Legislativo,  en octubre pasado, aprueban – y se aplica a partir del primer día de este año  - lo que se ha denominado “el gasolinazo”. Es decir, el primer paso (otros pasos y aumentos, se darán a lo largo de 2017) para liberalizar o flexibilizar el precio de las gasolinas, el diesel y el gas doméstico. O sea, de golpe y porrazo suprimen el subsidio al precio de dicho combustible.
¿Qué significa eso? Significa que la Secretaría de Hacienda, es decir, el gobierno, o sea, una de las partes más importantes del Estado mexicano, se da por vencido y se lava las manos en eso de fijar el precio de los combustibles. Así, dentro de un año, en todo el país, dicho precio lo va a fijar la ley de la oferta y la demanda. O sea, el dios mercado. Es decir, los empresarios estarán compitiendo por ver quién vende más gasolina.
De nuevo, los políticos encumbrados, que son los que deciden, juran y perjuran que esa es la medicina para esta crisis pues, dicen, vendrán nuevas inversiones, ya que habrá mayores incentivos, reglas más claras y mucha competencia para ver quien abarata mas esos combustibles. Y yo les digo que no aprenden. Solo les recordaría que Brasil hizo lo mismo (liberar el precio, etc.,) y no le ha ido bien. Ni llegaron nuevas inversiones, quizá por la gran corrupción que impera, y en ese aspecto, aquí no cantamos mal las rancheras; ni bajó el precio de las gasolinas. Al contrario, subió. Allá cuesta, según me dice una de mis novias brasileñas, 24 pesos el litro.        
Pero lo nuevo no es el aumento al precio de esos combustibles, pues incrementos siempre se han dado en México. Aún en épocas de bonanza petrolera, se dieron aumentos y, muchas veces, mucho mayores (250 por ciento con LEA, 1000 por ciento con JLP, 2000 por ciento con MMH, 60 por ciento, 50 por ciento,… con otros) a los recién anunciados. Aquí acaban de aumentar en promedio, un 20 por ciento, sin contar los incrementos que se van a dar a lo largo del año. Y tal vez los aumentos en sí, no es lo grave, porque los mas perjudicados directamente y en primera instancia, con los aumentos a las gasolinas, son los integrantes de la clase media, la clase media  alta, los ricos, los millonarios y los multimillonarios, los juniors de estos, los flotilleros de taxis y de Uber, los dueños de trailers, de tortons, es decir, la minoría.   
Si en México existen 28 millones de automóviles particulares, puede haber 28 millones de damnificados directos, por el aumento de las gasolinas. De hecho son menos, pues hay personas que tienen dos o tres automóviles. Es decir, la inmensa mayoría, 92 millones, de compatriotas no tiene coche y…   
Aún así, México es de las naciones en donde mas gasolina se consume. Somos el 4º consumidor del mundo (curiosamente, somos de los que menos consumen leche). O sea, somos de los países que más contaminamos el medio ambiente. Porque el nuestro es de los países en donde mas se producen, venden y compran automóviles particulares.     
Lo grave es que, como nadie quiere perder, esos principales perjudicados cobran a sus clientes, a los consumidores  finales, el aumento sufrido. Y provocan una gran escalada de aumento de precios. Finalmente los privilegiados, los ricos, aunque lloren, no pierden, nunca pierden. Tómese en cuenta que de los 190 millones de litros de gasolina que cada año se venden en México, éstos consumen 181 millones. Mientras que 62 millones de mexicanos, apenas les alcanza para “consumir” directamente, 9 millones de litros.
Lo nuevo es la liberalización o flexibilización de sus precios, es decir, el precio de esos combustibles los va a fijar el mercado, mediante lo que denominan la ley de la oferta y la demanda, que porque así ocurre en el resto del mundo. Realmente lo que buscan, nuestros HH políticos encumbrados, es dar alicientes para que la privatización, en este caso, de la venta de combustibles, se amplíe y se consolide. De tal manera que si hoy, existen 11,500 gasolineras, pronto pueda haber más pero los grupos mas fuertes, como siempre, los que puedan tener agrupadas a muchas gasolineras, serán los ganones del  nuevo negocio. De nuevo, ganarán los fuertes, los grandes, los ricos.
¿Y los pobres? Volverán a perder, pues las gasolineras que se instalen más lejos tendrán que vender más  caro. Hoy mismo ya se ve en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, entidades pobrísimas, en donde los precios autorizados son mas altos, que en la CdMx, por ejemplo.         
¿Qué hacer? …(continuará)

Notitas: Una.- Que, insisto: El 10 por ciento de su salario que, dicen, se estan disminuyendo integrantes de algunas nstituciones públicas (deben ser todas), como medida de austeridad, no es suficiente. Es como quitarle un pelo a un gato. Deben disminuirse el 50 por ciento de su salario y suprimir todos sus demás privilegios económicos. De su respectivo salario, ya recortado, pueden y deben pagar su gasolina, las casetas de carretera, el gasto de sus teléfonos celulares, sus choferes y guaruras, sus alimentos, sus parrandas, sus amantes, sus casas chicas, sus viajes en avión, avioneta o helicóptero,… Y a los partidos politicos con registro electoral, debe suprimirseles el 50 por ciento de sus actuales prerrogativas. Digo, si solo logran atraer a votar el 50 por ciento del total de posibles votantes pues… Dos.- Que no, los “gasolinazos” no vienen del exterior. El desastre es producto de políticas internas erróneas, aplicadas desde hace varias décadas. Tres.- Que lo que si urge es un férreo control de precios de artículos de la canasta alimentaria básica. Cuatro.-Que si la economía nacional fuese una economía fuerte, los dichos y hechos del nuevo Presidente de EU, nos harían lo que el viento a Juárez. Cinco.- Que sí, mi libro, “Cuando correteábamos utopías”, se presenta el jueves 9 de febrero, a las 17 horas en la biblioteca de la Universidad Obrera de México. Seis.- Que realizando ejercicio diario, nos ahorramos enfermedades, médicos, medicinas, dietas,…conste que les aviso. Y si todos los ciudadanos mexicanos sembráramos un árbol cada año, cada año habría 86 millones de árboles adicionales. Y lean “El Ingenioso Hidalgo, Don Quijote de la Mancha”, de don Miguel de Cervantes Saavedra, un tratado de la vida misma, ¿va?                   

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una tristeza ver como México se unde con estos políticos ambiciosos