martes, 29 de agosto de 2017

En voz alta ¿Trump, monarca absolutista?

En voz alta ¿Trump, monarca absolutista?


Teotihuacán en Línea. Por: Gerardo Viloria. Una de las noches negras que los pueblos han sufrido en la esfera del ejercicio de los regímenes políticos, ha sido la del absolutismo monárquico que tiene lugar en Europa occidental entre los siglos XVI al XVIII.
En este sistema el monarca dirigía sin más restricciones que su propia voluntad.
Para intimidar al Parlamento e imponer su poderío, quien lo ejemplifica por excelencia es LUIS XIV, Rey de Francia, cuando dijo “El Estado soy yo”.
El historiador francés ALBERTO MALET (1864-1915), lo describe: “LUIS XIV tenía pocas ideas que le fueran propias. En su infancia le habían dicho que el rey era una divinidad visible, un semidiós”.
De igual forma pensaba su bisnieto y sucesor LUIS XV, el rey quien apresuró la revolución francesa al convertirse en objeto de furibundas críticas por sus derroches y sus amantes.
Señaló: “Sólo en mi persona reside el poder soberano, es a mí a quien deben mis cortesanos su existencia y su autoridad; la plenitud de su autoridad que ellos ejercen en mi nombre reside siempre en mí y no puede volverse nunca contra mí; sólo a mí pertenece el poder legislativo sin dependencia y sin división”.
Idéntica inclinación la ostenta desde su campaña electoral, el actual presidente de Estados Unidos DONALD TRUMP.
Lo más reciente de su figura se expresa el pasado martes 22, cuando ante miles seguidores en el Centro de Convenciones en Phoenix, Arizona, regresó a su esencia.
Diez meses después de haber ganado la presidencia de los Estados Unidos, con una perorata encendida, irreverente, rabiosa y divisionista, en más de una hora de reproche desordenado, insistió en la construcción del muro fronterizo, y amenazó con paralizar al gobierno federal, al menos que el Congreso le apruebe los fondos.
Con una arenga delirante, también denunció a los demócratas de “obstruccionistas” por poner en riesgo la seguridad del país al no apoyar la construcción del muro y el endurecimiento en las políticas migratorias.
Respecto al TLC subrayó la probabilidad de su eliminación “porque los estadounidenses se han visto afectados”.
TRUMP, ahí mismo, continuó el ataque a su enemigo favorito: los medios. Los culpó de servir de impulso a los grupos que incitan el odio, de ser los autores de la división del país.
Además los responsabilizó por la polémica que él mismo generó con su vacilante reacción y declaración sobre la  violencia racista en Charlottesville, Virginia, mismas que reprobadas tanto por demócratas como republicanos.
Pero, como si lo anterior fuera poco, DONALD TRUMP pareció incluso burlárse de sus asesores en la Casa Blanca y particularmente del jefe de gabinete JOHN KELLY, cuando dijo: “Ayer me pidieron, por favor, señor Presidente no diga nombres; que no dijera nombres”.
Se trata de una aparente alusión al senador republicano representante en el Senado del estado de Arizona, JEFFRY LANE "JEFF" FLAKE, quien ha sido muy crítico del presidente, por lo que TRUMP quisiera verlo sustituido.
De igual manera, fue notable la manera áspera cómo se refirió, también sin nombrarlo, al otro senador del estado, el republicano JOHN MCCAIN, destacado político, veterano de guerra, quien de haber estado bien de salud y asistido, no hubiera saludado a DONALD TRUMP en ese evento.

En el mismo sentido, el mandatario se mostró dispuesto a ajustar cuentas con los sectores que alguna vez le han criticado, incluyendo a los empresarios en temas de manufactura y producción industrial, los cuales tras desacuerdos por su reacción racista en los enfrentamientos que causaron la muerte de una mujer en Charlottesville, Virginia, renunciaron a los comités creados para asesorarlo.
Ante ello, TRUMP tuiteó que las vacantes están disponibles para otros empresarios.
En este conexto, se puede decir que la luna de miel entre DONALD TRUMP y el mundo empresarial se problematizó.
Del mismo modo, en ese mitin de Phoenix, Arizona, DONALD TRUMP dejó claro su apoyo a quien se autodenominaba "el sheriff más duro de Estados Unidos", el exalguacil del condado de Maricopa, en dicho estado, JOE ARPAIO.
Ante sus seguidores que respondieron con aplausos, TRUMP exclamó:"¿Fue el sheriff JOE condenado por hacer su trabajo?".
Mostrando un desdén hacia el estado de derecho y el sistema de justicia, así como su inclinación segregacionista y xenofóbica, TRUMP, en un anticipado indulto, el pasado viernes 25, exoneró al fanático ex jefe de policía de Arizona JOE ARPAIO, quien se enfrentaba a una posible pena de seis meses de cárcel.
ARPAIO, fue declarado culpable por desacato en una corte federal al no cumplir la orden de un tribunal de poner fin a las prácticas de detener –por razonas raciales- especialmente a los latinoamericanos y de negar a los presos los derechos humanos más elementales en sus cárceles.
Por lo arriba señalado podemos finalizar comentando: DONALD JOHN TRUMP, quien a partir del 20 de enero de este año, se convirtió en el presidente número 45 de los Estados Unidos, una de las naciones consideradas con mayor democracia, llamado con la misión de gobernar y convocar a la unidad de su país, prefiere comportarse como monarca absolutista y centrarse en fomentar las divisiones internas, como si ese fuera el propósito fundamental de su mandato.
Su semejanza con LUIS XVI, Rey de Francia (1774-1792) derrocado durante la Revolución Francesa y decapitado, es muy amplia.
En ese entonces, el pueblo francés cansado de arbitrariedades, así lo quizo. En esa analogía, ¿el pueblo de Estados Unidos se cansará y ejecutará?

Mientras tanto veamos que acontece, tan sólo podemos decir: ¡Pobre Estados Unidos, tan lejos de Dios y con DONALD TRUMP, gobernándolos

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