jueves, 4 de enero de 2018

Luchadores de plástico: La lastimada tradición del juguete mexicano

Luchadores de plástico: La lastimada tradición del juguete mexicano


Teotihuacán en Línea. A raíz de la llegada de los Reyes Magos, como la gran industria lo exige, todo niño puede adquirir sus juguetes exhibidos en los anaqueles de tiendas departamentales a precios inflados.
Sin embargo, México ofrece a sus niños una tradición que se traduce en horas de divertimento y fantasía: Los luchadores mexicanos.
Pese a constantes intentos de ser introducidos en el mercado con figuras más costosas de acabados detallados, encuentran en la tradición juguetes de manufactura rústica y tradicional sus representaciones más populares, figuras casi idénticas que respaldan su éxito más en la imaginación del infante que en su propia hechura.
Luchadores de plástico
El auge que el cine mexicano inyectó a la lucha libre convirtió en los años 50 a estos personajes acrobáticos ataviados con vestimentas multicolores y en ocasiones con máscaras que representan un ícono de relación con México en todo el mundo, se materializó en las sonrisas de pequeños infantes que durante la misma década tuvieron al alcance de sus juegos estas figuras de costo reducido.
Su pose imita a uno de los grandes ídolos de las masas: “El Santo”, luchador con careta color plata cuyas aventuras más fantásticas ocurrieron en el cine cuyos filmes e historietas sobrepasaron fronteras y formaron la concepción del superhéroe mexicano. En un principio también se encontraba una figura que hacía referencia a Blue Demon, identificable por su musculatura más prominente, sin embargo ha dejado de ser fabricada en general.


El luchador era un ser tangible que podía ser visto en acción directa en las arenas de toda la república que parecía alimentar su fortaleza de gritos y vivas que la audiencia fúrica desataba en los espectáculos nocturnos.
El juguete
La fabricación de estos juguetes ha traspasado fronteras geográficas y temporales, aunque es importante mencionar que en recientes fechas es cada vez más difícil encontrarlos. Ya sea porque ante la competencia de juguetes extranjeros toda la industria del juguete en México se encuentra a punto de colapsar como resultado de prácticas comerciales desfavorables, y también como consecuencia de que el desarraigo a las tradiciones mexicanas sociales es cada vez mayor.
El luchador de plástico es uno de los juguetes más baratos que se pueden comprar en los mercados mexicanos. En la ciudad de México, se pueden encontrar en el Mercado Sonora en un costo que va desde los diez hasta los veinte pesos en paquetes de diez a quince unidades.
Se caracterizan por contar con acabados prosaicos hechos a mano que emulan ya sea a figuras antiguas de la lucha libre, y también a profesionales de esta práctica deportiva contemporáneos, todos en la misma pose diferenciados por una pintura de calidad humilde y fácilmente desprendible y en ocasiones también se puede encontrar en venta un ring de madera que completa la faramalla luchística mexicana y sirve de escenario perfecto de juego para los niños que disfrutan de estos juguetes.
Fábricas clandestinas
En la actualidad estos juguetes son realizados en fábricas pequeñas generalmente dirigidas por familias que se mantienen de la venta de estos juguetes sin mucho éxito, por lo que su venta se encuentra en peligro de desaparecer.
La gran parte de estas fábricas opera en la clandestinidad, en algún lugar de las inmediaciones de Tepito, una de ellas esconde tras la fachada de una casa, moldes y ollas funcionan a diario para crear este tipo de juguetes. Como muchas otras, esta fábrica opera sin registro alguno puesto que el pago de impuestos haría inviable la continuación de esta tradición debido a los pocos ingresos que se generan, según lo afirma su dueño cuya identidad se debe proteger debido a la naturaleza del inmueble.
Pequeños espacios apenas separan el área de fundición de la de los moldes, enfriado, pintado y empaquetado, todo ello en escasos dos cuartos y un baño, que constituye el total de la propiedad. Tres personas se reparten las funciones, de las que el empaquetado es al parecer la más sencilla. Sobre la mesa de madera en la que se realiza esta función se observan distintas etiquetas, "Guerreros luchadores", "Héroes del Ring" y "Héroes de la Lucha Libre" son colocados por igual para evitar la identificación de una fábrica como tal.
Su tamaño actual oscila entre los ocho y 12 centímetros de altura y en ocasiones presentan una capa de plástico y diseños especiales que agregan desde pelucas hasta modificaciones en el diseño general de la figura de plástico.

El mayor adversario que enfrentan estos juguetes resulta del desinterés de los infantes que quizá como consecuencia de sus acabados humildes encuentran cada vez menos atractivos a estos juguetes. Esto aunado a los  problemas financieros que la industria mexicana atraviesa por el incremento constante de impuestos y la desmedida competencia generada de la importación de productos diversos del extranjero, parece inminente que a mediano plazo se dejen de encontrar estos juguetes en los mercados y comercios humildes del territorio nacional

3 comentarios:

Anónimo dijo...

parecen judíos en monton :(

Anónimo dijo...

Los españoles valoran mas nuestros juguetes mexicanos que los propios mexicanos

Anónimo dijo...

En mexico han tenido tanta influencia de otros países que se les olvida valorar lo que es nuestro,muchas veces prefieren comprar una muñeca de anime japonesa que algo que es nuestro