viernes, 28 de septiembre de 2018

“La muerte en el Valle de Toluca, siglo XVII”. Conferencia de Gerardo González Reyes

“La muerte en el Valle de Toluca, siglo XVII”. Conferencia de Gerardo González Reyes


Teotihuacán en Línea. Toluca. Como parte del Ciclo de Conferencias “Historias de Toluca” que se lleva a cabo en el Museo “Felipe Santiago Gutiérrez”, se presentó la ponencia “La muerte en el Valle de Toluca, siglo XVII”, a cargo del Doctor en Historia Gerardo González Reyes.
Los asistentes que siguen este programa desde hace dieciocho años, fueron partícipes de una plática en la que conocieron el modo en que se concebía a la muerte en la Época Novohispana en la Villa de Toluca.
En ésta se analizaron los miedos que enfrentaban los habitantes de esta cabecera, así como el temor a la muerte que les provocaba una angustia constante, sobre todo si se daba de forma repentina ya que equivalía a la pérdida del alma.
En ese sentido, los habitantes vivían en alerta espiritual constante y se mantenían apegados  al decálogo, al ordenamiento y a la ortodoxia católica.
Actuaban y ordenaban sus conductas conforme a los mandatos de la iglesia; asimismo, observaban el desapego a los bienes materiales mediante obras de caridad y practicaban la confesión.
González Reyes compartió imágenes de un testamento fechado en 1634,  del archivo de la Notaría 1 de Toluca, para conocer la forma en la que hombres y mujeres testaban; la mayoría de éstos presentaba la leyenda: “Sepan cuantos vieren esta carta como yo… estando o gozando de buena salud, pero frente a una muerte eminente, he decidido poner en carrera de salvación mi alma”.
De 1600 a 1699 en la Villa de Toluca básicamente, la mayoría de la población era criolla (descendiente de europeos y ha nacido en un país hispanoamericano). Le seguían los peninsulares y en menor cantidad los mestizos (hijos de padres de diferente raza). Era una sociedad de comerciantes y ganaderos y la mejor forma de vida se encontraba en las haciendas.
Los testamentos de esta época incluían un preámbulo, la declaración de fe, la protección del alma y nombramiento de algún intercesor, además de la elección de la mortaja, el lugar de enterramiento, las honras fúnebres, los sufragios por el alma, las ofrendas, las limosnas que se dejaba a la Iglesia, la fundación de mandas piadosas, el nombramiento de los albaceas y los nombres de los herederos. Generalmente la edad de los testadores era de 25 años.
Los habitantes de la Villa de Toluca morían de enfermedad, vejez y en un porcentaje muy reducido, de homicidio. Entre las principales enfermedades estaban la viruela, la peste, el tifo exantemático provocado por los piojos y la sífilis.

Para finalizar, el especialista habló de los sitios donde se enterraban a los habitantes poderosos de la Villa de Toluca, la Iglesia y el Convento de San Francisco, mientras que los indios eran sepultados en el atrio de la iglesia

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