jueves, 27 de marzo de 2014

Estragos de la línea 12

Estragos de la línea 12


Teotihuacan en línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. Desde hace seis años, para los usuarios de la avenida Tláhuac, al oriente de la capital del país, transitar por ella, es una tortura permanente. Esas personas “torturadas” deben sumar dos millones, aproximadamente. Y todo, gracias a los gobiernos de las Delegaciones por las que atraviesa y del DF.
Se trata de una vialidad muy importante, pues por ella transitan diario, de ida y vuelta, personas que van desde el Centro Histórico de la capital, o mas allá, hasta, incluso, municipios mexiquenses como Amecameca, Chalco, Valle de Chalco, y Delegaciones como Milpa Alta (que es como la provincia chilanga), Iztapalapa, Tlahuac y hasta zonas de Coyoacán y Xochimilco. Así de importante ha sido.
Así de problemática ha sido también pues, dos de sus seis carriles, uno de ida y uno de regreso, permanentemente, están ocupados por vehículos estacionados y por puestos de comercios semi fijos, y con el visto bueno de las autoridades delegacionales. 
Por eso cuando, hace siete años, se anunció la construcción de la línea 12 de Metro, y que la misma beneficiaría directamente, al menos a medio millón de usuarios, muchos nos alegramos de veras. En una Ciudad tan caótica, tan anárquica y tan saturada de vehículos, como la de México, el Metro es una solución. Y construir una línea en donde no existía, es decir, por la avenida Tlahuac y otras, era una buena noticia.
Además, las autoridades capitalinas anunciaron que la construcción duraría solamente  ¡cuatro añotes! Y que constaría de 21 estaciones. 
Cuatro años que, terminaron siendo ¡cinco! Y a la mera hora solo se construyeron 20 estaciones (se volaron la que se llamaría “Vía Láctea”), esto último por la intervención, por cierto, del actual Jefe Delegacional, dedo chiquito del tal Marcelo. 

Cinco años tardó la construcción de la Línea 12 de Metro capitalino, durante los cuales cientos, sí, ¡cientos!, de pequeñas y medianas empresas ubicadas a los largo de aquella Avenida y de las de Ermita Iztapalapa, Popocatepetl y José María Rico – que es por donde cruza la Línea citada – ¡quebraron!
La quiebra de negocios fue el segundo gran problema. El primero fue la inevitable molestia causada a los vecinos y usuarios de diversos transportes, por las obras. El tercero, las expropiaciones mal pagadas de inmuebles afectados. Y el cuarto, y permanente, es la gran dificultad para transitar por la avenida citada. Literalmente, es casi imposible el tránsito vehicular.
Antes del inicio de las obras de esa línea del Metro, las personas que se trasladaban de Tlahuac, por ejemplo, al centro de la ciudad, podían hacer hora y media en promedio. Ya inaugurado, es decir, con el Metro funcionado en pleno, aquel tiempo se redujo a una hora. Y hoy, con 11 estaciones suspendidas, por las broncas conocidas, esas personas pueden hacer dos horas o más, de viaje de ida y otras tantas de regreso. Ora sí que salió peor el remedio que la enfermedad. 
El malestar, causado a dos millones de personas, entre usuarios de esa línea y vecinos, es mayúsculo. Con el espacio que ocupa el Metro que no funciona, solo quedó transitable, un carril de cada sentido de la avenida. En los medios de comunicación casi no se habla de ello, pues ni sus representantes ni la clase política pertenecen a esos “torturados”. Aquellos habitan cómodos, en otros sitios de la gran ciudad. Además “la nota”, es la negligencia, la posible corrupción, la irresponsabilidad de quienes autorizaron, construyeron y operan esa línea. El malestar, mejor dicho la “tortura” diaria, de millones de usuarios y vecinos no es “nota”. Pero sí es un gran problema.
El Jefe de Gobierno del DF, los CC Jefes Delegacionales, los Diputados locales y federales y los constructores mismos de la defectuosa línea 12 de Metro, deberían hacer el sacrificio de recorrer como cualquier hijo de vecino, el trayecto suspendido de 11 estaciones. A ver si así se apuran a corregir sus errores. ¡Y qué errores! Y a pagarlos.
Imagínense, estimados lectores, que el tal Marcelo no únicamente se equivocó en su pronóstico de que la construcción tardaría cuatro años, pues tardó cinco, sino que, en su momento informó que tal obra, costaría 17 mil 500 millones de pesos y acabó costando 24 mil 200 millones. Bueno, a pesar del retraso en la construcción, la inauguró, el 30 de octubre del 2012, con más de 3 mil fallas. O sea, la inauguró sin estar terminada. Y ahora las consecuencias están a la vista de todos.
Lo malo de todo es que todos los involucrados en el fraude de la construcción de la línea 12 de Metro capitalino, se echan la culpa, unos a otros:
El actual Jefe de Gobierno le echa la culpa a su antecesor, al tal Marcelo, quien ya anda clamando por ayuda de su ex jefe, o sea don Peje, y le regresa las culpas, con documentos oficiales en mano (qué, ¿no es delito eso de sustraer documentos oficiales?), a don Mancera. El actual Director del Metro, Joel Ortega, le echa la culpa a su antecesor, Francisco Bojórquez, que fue el que rentó (¡sin licitación, y en 28 mil millones de pesos!), los 30 trenes que dañaron las vías, y quien se dice protegido también por, ¡gulp!, López Obrador; Y dice que el malo es su sucesor, el ingeniero electricista, Ortega. Por su parte, Enrique Horcaditas, Director del Proyecto Metro y muy allegado de ICA, una de las constructoras de la línea, dijo que él se lava las manos, que está libre de culpa y que los responsables son los otros. Pero uno de los otros, lo despidió feamente, asegurándole la documentación respectiva. No vaya a ser que los “reserve” (o sea, los esconda) como hizo otro ex Jefe de Gobierno con la delicada información de la construcción del llamado “Segundo Piso” del Periférico. Y las tres empresas constructoras (ICA, CARSO y ALSTOM), dicen que ellas hicieron bien su trabajo, es mas, que el GDF hasta les debe una lanota. Y nadie quiere pagar el dinero perdido, varios miles de millones de pesos.
Más bien, quienes sí están pagando y con creces, los estragos causados por las imperfeccione de la que bautizaron como “Línea Dorada”, son los millones de usuarios y vecinos del trayecto de la línea 12 del Metro, a quienes se les prometió que el boleto aumentaría de 3 a 5 pesos, para gozar de un mejor transporte y …bla bla bla.             
Notitas: Una.- Que la Mesa RedondaLa Expropiación Petrolera ¿fue tan solo un breve sueño de independencia y libertad?”, se lleva al cabo hoy jueves 27 de marzo, a las 18:30 horas, en el auditorio “Francisco Breña Álvarez”, del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), - Antonio Caso 45, Colonia Tabacalera, en el DF -. Participan: Martín Esparza, del SME; Marco E. Murueta, del “Movimiento de Transformación Social”; Jesús Puente León, de “Consenso Cardenista Soberano”; Ignacio Miguel Estrada Henríquez, historiado y José Luís Hernández  Jiménez, de “Por el Cambio con Dignidad, AC”. Coordina: Adriana Matalonga. Y que todos están invitados. Dos.- Que mientras la PGR decía que buscaba en todo el mundo a Amado Yañez Osuna, dueño de Oceanografía (la empresa contratista de PEMEX, que se halla en el ojo del huracán, pues Banamex, la denuncia como fraudulenta), el susodicho se presentó a declarar, solito, ante la PGR. De inmediato, ésta, sorprendida, armó su teatro, para informar que ya lo había detenido y que “estaría arraigado por 40 días, mientras ubican de qué delito se le puede acusar”. ¡Qué eficiencia! Tres.- Que el Consejo Nacional del PRD se reunió para elegir como Presidente… ¡al mismo!, pues, para variar, sus integrantes no se ponen de acuerdo en cómo elegir al sucesor. Cuatro.- Que el sábado 5 de abril, en un evento ex profeso, que se lleva al cabo en el “Centro Comunitario Frida Kalho”, (a un lado de la estación “Morelos” del Metro, línea 8, sobre Eje Central), en el DF, muchos conmemoremos el 17 aniversario del fallecimiento del Ing. Heberto Castillo, uno de constructores de la unidad de las izquierdas; unidad que hoy, de nuevo, está hecha pedazos

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