jueves, 24 de abril de 2014

Gabriel García Márquez y Heberto Castillo: El encuentro

Gabriel García Márquez y Heberto Castillo: El encuentro

 

Don Gabriel (*)


Teotihuacan en línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. El famoso escritor entró a la modesta oficina, observando cada rincón de la misma. El ingeniero se puso de pie para estrechar la mano del recién llegado. “Pase Gabriel, está usted en su casa, mejor dicho, en su oficina, tome asiento”, dijo Castillo.
Luego de acomodarse en la silla plegable, Gabriel, ajustando su camisa de franela a cuadros, inició con una advertencia: “Como Julio Sherer me dijo que usted sabe todo del tema, que ha provocado un verdadero escándalo, vine a saberlo todo para contarlo en Colombia”. “Usted pregunte, y como dicen por acá, pa´ luego es tarde”, respondió Heberto.
Como para que Elios Edmundo Pérez Márquez, en Insurgencia Popular, órgano oficial de prensa del PMT, la hacia de Director, reportero y fotógrafo, dejara de tomar fotos, Gabriel se le quedó mirando, Elios bajó la cámara. Otros optamos por alejarnos un poco. García Márquez cruzó su pierna derecha sobre la otra, e inició:
“A ver Heberto, ¿por qué defiende tanto el petróleo, algo que todos los países venden al mejor postor?”.
“Es que, empezó Castillo, debe entenderse que ese recurso no renovable, no es cualquier materia prima. Hoy, el petróleo, para los países, es como la sangre para los seres humanos. El cuerpo humano no puede funcionar sin sangre; estaría seco. Las naciones, en estos tiempos modernos, sin petróleo no operan, están secas. Por eso, todo mundo se apoya en dicho recurso para poder desarrollarse”.
“Pero ingeniero, Gabo lo interrumpió, se dice desde su gobierno (el de JLP), que México tiene petróleo de mas y…”, ahora fue Castillo quien interrumpió, “Casi nadie tiene sangre de más. Igual con el crudo. Actualmente los países tienden a buscar el petróleo que requieren sus poblaciones. Si no lo logran, tienen problemas para crecer. Estados Unidos tiene petróleo de mas, porque tiene reservas y porque compra para almacenar y transformar”.

“¿Para transformar en qué?”, preguntó García Márquez.
“¡Ahí está el meollo del asunto!”, exclamó Heberto.
“Fíjese Gabriel, que el petróleo industrializado, sirve para casi todo. Muchos de los productos que utilizamos en nuestra vida cotidiana, tienen su origen en ese recurso. Plásticos, ropa, pavimento, medicamentos, aparatos de línea blanca, o electrónicos. Todo el transporte motorizado, el terrestre, el aéreo, el que va por el agua, se mueve por medio de algún derivado del petróleo. Las fábricas. Bueno, hasta el cuerpo de lo seres humanos, se mueve gracias al petróleo, ¿sabe por qué?, por los fertilizantes”.
“Bueno, insistió don Gabriel, pero si se vende, como ha dicho su gobierno, ustedes, los mexicanos, reciben muchos dólares, millones de dólares, por el petróleo vendido. Y ese dinero sirve para cubrir muchas carencias. ¿Qué opina de eso?”
Heberto adoptó pose de maestro, y respondió: “Lo mismo. Que es una estupidez vender petróleo como materia prima. Los países ricos, lo son, entre otros motivos, porque han industrializado el petróleo, lo transforman en múltiples artículos y los vende a las naciones, incluyendo a las mismas a las que les compraron ese petróleo. Y se hacen más ricas”. “¿Y…?”, insistió García Márquez.
“Y por eso proponemos, exigimos desde el PMT, que el petróleo mexicano se industrialice en México, por la propia nación, para que los primeros beneficiados sean los propios mexicanos”.
Finalizó la entrevista. Estrecharon sus manos y se dieron un abrazo.
Meses después, de ese 1982, la academia sueca otorgó a Gabriel José de la Concordia García Márquez, el Premio Nobel, no por esa entrevista que se publicó en la revista Cambio, de Colombia, de la que era directivo o algo así, sino por su obra literaria.
García Márquez murió en 2014, el 17 de abril, (por cierto, Heberto también murió en abril, pero el 5), un jueves santo, 32 años después de haber realizado aquella entrevista a Heberto Castillo, en sus oficinas del sexto piso del viejo edificio de Bucareli 20, en el DF.
Y ahí queda como testimonio, la foto, tomada por Elios Pérez, en la que también aparece, como mudo invitado en medio de ambos personajes, un Emiliano Zapata, dibujado por el propio Heberto, en la pared de tablaroca.                                  
(*) Tomado de “Cuando correteábamos utopías”, libro de este, S.S.S., de próxima (eso espero) aparición
Notitas: Una.- Que un buen homenaje a don Gabriel, sería volver a leer sus mejores libros, “Diario de un naufrago”, “El amor en los tiempos del cólera””, “Cien años de soledad”, “Noticias de un secuestro”, “Crónica de una muerte anunciada”, “El General en su laberinto”, etc., etc. De paso fomentamos la lectura, porque en ese rubro como país estamos de la patada. Dos.- Que don Jesús Rodríguez Almeida, Jefe de la policía en el DF, nos informa que de los 87 mil elementos a su cargo, el año pasado corrió a mil cien y encarceló a 135; y que en los tres primeros meses de este año, ya corrió a 200 y encarceló a 40. A todos ellos, por cohecho, extorsión, privación ilegal de la libertad y abuso de autoridad. Bien pero, ¿los tiene bien vigilados o los despedidos ahora son delincuentes sueltos? Tres.- Que hoy recibí una llamada telefónica en la que una mujer, llorando, me dice: “¡Papá, me subieron a una camioneta, ayúdame,…!”. ¿En éste caso (ó en estos casos), para que se investigue e intervenga dicha llamada, primero debo lograr la orden de un juez, como piden mis amigos izquierdistas que quede en la nueva ley de Telecomunicaciones, ó basta con un simple reporte telefónico? Cuatro.- Que si ya se están preparando mis estimados. Se viene la carrera del Día del Padre en el Bosque de Tlalpan, en el DF. Es un Medio Maratón y …están invitados. Es la mejor carrera de la capital del  país, y una buena oportunidad para empezar a ejercitarse, ¿va? Cinco.- Que está bien, a petición del público que quiere estar y sentirse mejor, los lunes de 17 a 18 horas, impartiré otra clase semanal de Tai Chi Chuan. Es en el DF, en Iztapalapa, cerca del Metro Ermita de la línea 12, en la calle de Acuario 5, esq. Ermita Iztapalapa, Col. Prado. Con ropa cómoda y …con su taza vacía, para que se aprenda más

4 comentarios:

Roberto dijo...

Interesante articulo José Luís,ya se le extrañaba

Anónimo dijo...

les recomiendo El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez espero que lo lean

Anónimo dijo...

se están muriendo nuestros escritores mexicanos que triste

Anónimo dijo...

Mi papá me regalo el libro de cien años de soledad es un bonito recuerdo que tengo de el