Óptica Ciudadana
¡GASOLINAZOS! (2ª parte)
Teotihuacán en Línea. Por José Luís Hernández Jiménez. Les
decía en mi anterior, estimados lectores que, con los “gasolinazos” iniciados
este año y, sobre todo, sus lastimosos efectos sociales, solo estamos pagando
las consecuencias de políticas públicas económicos erróneas, en particular las
aplicadas en los últimos 45 años en materia petrolera. Y que…
Las calamidades no paran ahí.
Resulta que aunque la demanda de gasolina en el país, no
deja de aumentar - como todos quieren tener coche propio, ya logramos que
circulen en el país, 28 millones de automóviles particulares. Tan solo el año
que acaba de terminar, se vendió 1 millón 594 mil de ellos (solo en diciembre
pasado, se vendieron 183 mil automóviles
nuevecitos) - las 6 refinerías del país, convertidas en verdaderas chatarras
por el abandono presupuestal en que las tienen, ya no producen lo necesario.
Están refinando menos de la mitad de gasolina de la que requiere el país.
De ahí que desde fines del siglo pasado, ya compramos
gasolina, a los gringos por supuesto. En 2006 ya se importaba el 28 por ciento
de la que se consumía en México. Para 2016, ya se compra en el extranjero,
el 59 por ciento – algo así como 485 mil
barriles diarios de gasolina - del total consumido. O sea, 15 por ciento más que en 2015. Si el General Cárdenas y el Ingeniero Heberto
Castillo, volvieran a nacer y se enteraran de tal desastre ¡se volvían a morir
del puro coraje!
En ese entorno, los
Poderes Ejecutivo y Legislativo, en
octubre pasado, aprueban – y se aplica a partir del primer día de este año - lo que se ha denominado “el gasolinazo”. Es
decir, el primer paso (otros pasos y aumentos, se darán a lo largo de 2017)
para liberalizar o flexibilizar el precio de las gasolinas, el diesel y el gas
doméstico. O sea, de golpe y porrazo suprimen el subsidio al precio de dicho
combustible.
De nuevo, los políticos encumbrados, que son los que
deciden, juran y perjuran que esa es la medicina para esta crisis pues, dicen,
vendrán nuevas inversiones, ya que habrá mayores incentivos, reglas más claras
y mucha competencia para ver quien abarata mas esos combustibles. Y yo les digo
que no aprenden. Solo les recordaría que Brasil hizo lo mismo (liberar el
precio, etc.,) y no le ha ido bien. Ni llegaron nuevas inversiones, quizá por
la gran corrupción que impera, y en ese aspecto, aquí no cantamos mal las
rancheras; ni bajó el precio de las gasolinas. Al contrario, subió. Allá
cuesta, según me dice una de mis novias brasileñas, 24 pesos el litro.
Pero lo nuevo no es el aumento al precio de esos
combustibles, pues incrementos siempre se han dado en México. Aún en épocas de
bonanza petrolera, se dieron aumentos y, muchas veces, mucho mayores (250 por
ciento con LEA, 1000 por ciento con JLP, 2000 por ciento con MMH, 60 por
ciento, 50 por ciento,… con otros) a los recién anunciados. Aquí acaban de
aumentar en promedio, un 20 por ciento, sin contar los incrementos que se van a
dar a lo largo del año. Y tal vez los aumentos en sí, no es lo grave, porque
los mas perjudicados directamente y en primera instancia, con los aumentos a
las gasolinas, son los integrantes de la clase media, la clase media alta, los ricos, los millonarios y los
multimillonarios, los juniors de estos, los flotilleros de taxis y de Uber, los
dueños de trailers, de tortons, es decir, la minoría.
Si en México existen 28 millones de automóviles
particulares, puede haber 28 millones de damnificados directos, por el aumento
de las gasolinas. De hecho son menos, pues hay personas que tienen dos o tres
automóviles. Es decir, la inmensa mayoría, 92 millones, de compatriotas no
tiene coche y…
Aún así, México es de las naciones en donde mas gasolina se
consume. Somos el 4º consumidor del mundo (curiosamente, somos de los que menos
consumen leche). O sea, somos de los países que más contaminamos el medio
ambiente. Porque el nuestro es de los países en donde mas se producen, venden y
compran automóviles particulares.
Lo grave es que, como nadie quiere perder, esos principales
perjudicados cobran a sus clientes, a los consumidores finales, el aumento sufrido. Y provocan una
gran escalada de aumento de precios. Finalmente los privilegiados, los ricos,
aunque lloren, no pierden, nunca pierden. Tómese en cuenta que de los 190
millones de litros de gasolina que cada año se venden en México, éstos consumen
181 millones. Mientras que 62 millones de mexicanos, apenas les alcanza para
“consumir” directamente, 9 millones de litros.
Lo nuevo es la liberalización o flexibilización de sus
precios, es decir, el precio de esos combustibles los va a fijar el mercado,
mediante lo que denominan la ley de la oferta y la demanda, que porque así
ocurre en el resto del mundo. Realmente lo que buscan, nuestros HH políticos
encumbrados, es dar alicientes para que la privatización, en este caso, de la
venta de combustibles, se amplíe y se consolide. De tal manera que si hoy,
existen 11,500 gasolineras, pronto pueda haber más pero los grupos mas fuertes,
como siempre, los que puedan tener agrupadas a muchas gasolineras, serán los
ganones del nuevo negocio. De nuevo,
ganarán los fuertes, los grandes, los ricos.
¿Y los pobres? Volverán a perder, pues las gasolineras que
se instalen más lejos tendrán que vender más
caro. Hoy mismo ya se ve en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, entidades
pobrísimas, en donde los precios autorizados son mas altos, que en la CdMx, por
ejemplo.
¿Qué hacer? …(continuará)
Notitas: Una.- Que, insisto: El 10 por ciento de su salario
que, dicen, se estan disminuyendo integrantes de algunas nstituciones públicas
(deben ser todas), como medida de austeridad, no es suficiente. Es como
quitarle un pelo a un gato. Deben disminuirse el 50 por ciento de su salario y
suprimir todos sus demás privilegios económicos. De su respectivo salario, ya
recortado, pueden y deben pagar su gasolina, las casetas de carretera, el gasto
de sus teléfonos celulares, sus choferes y guaruras, sus alimentos, sus
parrandas, sus amantes, sus casas chicas, sus viajes en avión, avioneta o
helicóptero,… Y a los partidos politicos con registro electoral, debe
suprimirseles el 50 por ciento de sus actuales prerrogativas. Digo, si solo
logran atraer a votar el 50 por ciento del total de posibles votantes pues…
Dos.- Que no, los “gasolinazos” no vienen del exterior. El desastre es producto
de políticas internas erróneas, aplicadas desde hace varias décadas. Tres.- Que
lo que si urge es un férreo control de precios de artículos de la canasta
alimentaria básica. Cuatro.-Que si la economía nacional fuese una economía
fuerte, los dichos y hechos del nuevo Presidente de EU, nos harían lo que el
viento a Juárez. Cinco.- Que sí, mi libro, “Cuando correteábamos utopías”, se
presenta el jueves 9 de febrero, a las 17 horas en la biblioteca de la
Universidad Obrera de México. Seis.- Que realizando ejercicio diario, nos ahorramos
enfermedades, médicos, medicinas, dietas,…conste que les aviso. Y si todos los
ciudadanos mexicanos sembráramos un árbol cada año, cada año habría 86 millones
de árboles adicionales. Y lean “El Ingenioso Hidalgo, Don Quijote de la
Mancha”, de don Miguel de Cervantes Saavedra, un tratado de la vida misma,
¿va?
Es una tristeza ver como México se unde con estos políticos ambiciosos
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