Duelo de acordeones: se presentan Los Cardenales de Nuevo León,
Los Invasores de Nuevo León y El Poder del Norte en el Auditorio Nacional
La noche del jueves 08 de enero de 2026, el Auditorio
Nacional no será solo el escenario de un concierto, sino la morada sagrada
donde se fundirán la historia, la emoción y el poder incontenible de la música
norteña. En el corazón vibrante de la Ciudad de México, tres titanes del
acordeón se darán cita para escribir con notas, voces y recuerdos una página
imborrable en el cancionero de los pueblos: Los Cardenales de Nuevo León, Los
Invasores de Nuevo León y El Poder del Norte se unirán en el escenario para
ofrecer una noche que ya se perfila como leyenda. Los boletos ya están a la
venta a través del sistema Superboletos y en las taquillas del recinto, y no
será exagerado decir que asistir a esta gala es acudir al epicentro emocional del
regional mexicano contemporáneo.
Bajo el nombre de “Duelo de Acordeones”, esta gira ha
surcado fronteras, ha recorrido caminos largos y ha tocado el alma de miles en
México y Estados Unidos. Pero será en esta fecha, este jueves 08 de enero de
2026, donde alcanzará uno de sus puntos más altos, cuando la monumental
arquitectura del Auditorio Nacional acoja los ecos de décadas de música,
historias de amor y desamor, de cantinas y despedidas, de hombres y mujeres que
encontraron en la música norteña una voz para sus penas y sus glorias. No será
un simple concierto. Será una peregrinación emocional hacia la raíz misma de la
identidad sonora de todo un país.

Los Cardenales de Nuevo León, inmersos en su aclamada gira
Resiliencia Tour 2025, llegarán con la experiencia de más de cuatro décadas
haciendo vibrar corazones. Su repertorio, una colección de himnos norteños,
será la columna vertebral de una velada cargada de emoción. Canciones como “Que
nadie sepa”, “Compré una cantina”, “Mi cómplice”, “Belleza de cantina” y “Si yo
fuera él” resonarán como rezos compartidos por miles de gargantas al unísono.
Ellos no solo cantan, reconstruyen con cada verso la historia sentimental de
generaciones enteras. Su música, tan nuestra como el polvo del camino y el
aroma del mezcal, es la memoria viva de lo que fuimos y aún somos.
A su lado, Los Invasores de Nuevo León, esos pioneros
incansables desde 1977, llegarán con la misma fuerza de siempre, con la
gallardía intacta y la fidelidad de su público como estandarte. Sus temas han
marcado épocas, han llorado por nosotros cuando no pudimos hacerlo, han bailado
en bodas y se han colado en los rincones más íntimos del alma mexicana.
“Laurita”, “Eslabón por eslabón”, “Mi casa nueva” y “Aguanta corazón” no son
solo canciones, son parte del ADN sentimental de una nación. En cada acorde del
bajo sexto, en cada lamento del acordeón, se condensan las vivencias de un
pueblo que encontró en ellos una voz sincera, valiente y profundamente humana.

El tridente lo completa El Poder del Norte, banda que desde
1993 ha trazado su propio camino con pasión y autenticidad, sumando
generaciones de seguidores gracias a su estilo firme, romántico y melódicamente
envolvente. Fundados por Arturo y Martín Buenrostro, supieron hacerse un nombre
a fuerza de trabajo y canciones que se convirtieron en himnos: “Te quiero
tanto”, “Maldito orgullo”, “Piel de ángel” o “Llueve sobre mojado” han
acompañado silenciosamente las vidas de miles. El timbre inconfundible de
Arturo Buenrostro, el acordeón que acaricia o desgarra, y ese estilo que
conjuga tradición y modernidad, harán de su participación en este jueves 08 de
enero un momento cumbre de la noche.
Este evento no es solo un cruce de caminos artísticos. Es un
acto de comunión, un diálogo generacional, una fiesta compartida donde se
reconoce y se celebra el poder transformador de la música norteña. Porque el
“Duelo de Acordeones” no enfrenta a los grandes, los une. Los vincula en una
causa común: llevar al público una experiencia que honre la memoria musical del
norte de México, con todas sus emociones, sus nostalgias y su orgullo.
El Auditorio Nacional, con su prestancia imponente, será el
marco perfecto para este despliegue de sentimiento, virtuosismo y arraigo. No
es casual que se haya elegido este recinto, símbolo de excelencia artística y
punto de encuentro de las más grandes expresiones culturales del continente. En
su escenario se encenderán los acordes de la tierra, se estremecerán los
corazones y se alzarán las voces de quienes han dedicado la vida entera a dignificar
un género que no conoce fronteras.