jueves, 17 de octubre de 2013

¿No a la Cocacola o…?

¿No a la Cocacola o…?


Teotihuacan en línea. José Luís Hernández Jiménez. Recién, estimados lectores, se mira mucha propaganda por todas partes, insistiendo en que se cobren mas impuestos a las bebidas azucaradas; a los refrescos. Y, por la silueta que se dibuja pegada al mensaje, entiendo que tal propaganda se refiere, en especial, a la Cocacola (supongo, aunque no lo digan, que en el mismo costal meten a la Pepsi y a la Big). En ella, se alega que esas bebidas son causantes de la obesidad y sobrepeso, que padece el 70 por ciento de los mexicanos, y de otros males.
No sé a ustedes, pero a mi me parece bien que se cobren mas impuestos por el consumo de ese tipo de artículos y de otros que no son indispensables para vivir sanamente, como el cigarro, el alcohol, los automóviles, artículos de lujo y otros superfluos. Lo que no está bien, porque me parece que no es cierto, es que se diga que con ello, se contribuye a alejarse de los males señalados, dizque porque aumentando los impuestos de ellos, disminuirá su consumo.
La experiencia demuestra que el aumento de precios y/o de gravámenes a artículos dañinos, como el alcohol o el cigarro, no provoca que baje su consumo. Parece que hasta sucede lo contrario: Mientras más aumentan los precios del cigarro y del alcohol, mas los compra la gente. Y más aumentan los problemas, por pérdida de salud.
Parece que con la campaña en contra del consumo de refrescos, sucederá lo que con el cigarro y el alcohol. Por mero morbo, he preguntado en algunas misceláneas y en tiendas de autoservicio si disminuye la compra de “las aguas negras del imperialismo” (la Cocacola). Todos dicen que es un producto que se vende muchísimo. ¿Ha bajado en estos días de intensa propaganda en su contra? ¡No!
Va a resultar, ¡cruel paradoja!, que mi buen amigo Alejandro Calvillo, quien es uno de los genios que impulsa con su “Poder del Consumidor”, la propaganda anti Cocacola, realmente le está haciendo propaganda favorable, a su odiado articulo. Además, la empresa ha respondido, a mi modo de ver, con mucha inteligencia, pues mejoró su propaganda subliminal. Ahora resulta que en sus anuncios promueve la salud, la felicidad y la libertad.
Quizá habría que aclarar – y aquí es en donde falla la propaganda anti - que la obesidad, el sobrepeso, y todas las enfermedades relacionadas, no las provocan los refrescos (ni los cigarros, ni los automóviles, ni…), sino la vida sedentaria.
Desde que los pueblos se empezaron a volver ultra sedentarios, gracias a las “comodidades” de la vida “moderna”, como la televisión, el automóvil, los elevadores, las sillas confortables y, en general, la cultura del No esfuerzo, la máquina perfecta que tenemos como cuerpo, empezó a fallar más de lo debido y con mas frecuencia aparecieron aquellos males. Entonces, el remedio no es dejar de consumir uno u otro producto, sino, moverse, ejercitarse cotidianamente.
Está bien, no me crean a mí. Pero oigan a un experto, el Dr. Víctor Matzudo, especialista en ortopedia y traumatología quien, además es el fundador del exitoso “Programa Agita Sao Paulo” (en Brasil) que logró con 520 mil personas que empezaron a caminar regularmente, disminuyeran las consultas médicas, internaciones hospitalarias y cirugías. El mismo Banco Mundial constató que el programa significa un ahorro de 310 millones de dólares al año. Dice el Dr. Matzudo:
“Las personas que se ejercitan cotidianamente, disminuyen la posibilidad de desarrollar demencia senil y el riesgo de alzheimer, mejoran su autoestima y disminuyen el riesgo de tener estres y depresión. Además, disminuyen la posibilidad de cáncer. Lo primero que pasa con las personas sedentarias, es que hay un aumento a la resistencia a la insulina, situación que propicia la diabetes, aumenta el colesterol, que se asienta en las arterias, lo que eleva el riesgo de un derrame cerebral. Nuestra especie tiene 4 millones de años caminando. ¿Cómo puede ser que en el último siglo nos volvemos sedentarios. Es un desastre…”.
Así que los legisladores, podrán imponer mas impuestos a los refrescos (aunque andaba el rumor de que exentarían a las bebidas light, cuando éstas son la peores), pero eso no disminuirá el sobrepeso y la obesidad que martirizan a la mayoría de los mexicanos. Luego no digan que no se los dije  
Correo: hernandez-jimenez2012@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

interesante.Mañana voy a dedicarme a limpiarme y purificar mi cuerpo