Nuevo INE viejo sistema
Teotihuacan en línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. En estos días, inicia un nuevo proceso electoral para renovar la Cámara de Diputados y diversas instancias de poder en 17 entidades federativas y el DF, mismo que culminará el primer domingo de junio del año que viene, pero…
Dicho proceso empieza con organismos electorales renovados. Hay personas diferentes en el sustituto del IFE, que hoy se llama Instituto Nacional Electoral (INE), y en sus similares de los Estados y de la capital. “¡Estos vienen mejor preparados que los que se fueron!”, me comenta un buen amigo, funcionario de uno de esos renovados organismos. Pero me permito enfriar su entusiasmo, recordándole que la reciente reforma electoral dejó pendientes importantes, que esos nuevos organismos, no pueden resolver. Hay varios ejemplos.
El sistema de Partidos en México, conocido vulgarmente como partidocracia, está en crisis.
Según datos del INE, a septiembre pasado, la suma de afiliados a los diez Partidos Políticos con registro electoral, alcanza la cantidad de 14 millones de ciudadanos. Pero existen 76 millones más (porque el total sumamos 90 millones), no están adheridos a ninguno de ellos.
En los comicios presidenciales, que es cuando más gente vota, la mayor parte de los ciudadanos opta por no apoyar a ninguno de sus candidatos, pues el total de votos emitidos, apenas supera la mitad de los empadronados.
En términos generales, el actual Presidente de la República, fue electo con apenas 19 millones de votos. 17 millones optaron por otras opciones y el resto de ciudadanos empadronados en el 2012, 46 millones, ni siquiera acudieron a votar. Es decir, en términos estrictos, el actual Presidente representa a una minoría, apenas al 25 por ciento del total de ciudadanos.
El poder legislativo, Senadores y Diputados, tiene similar falta de representatividad.
Peor aún, en todas las encuestas de opinión, las preferencias de los mexicanos ubican a los partidos políticos, en el último sitio de sus opciones.
De ahí que, el proceso electoral que inicia, no obstante estar amparado por reciente reforma electoral, arrastra dicha crisis de falta de representatividad y credibilidad, y seguramente, al terminar dicho proceso, a mediados del año próximo, tal situación habrá empeorado. Cada vez menos gente apoya a los que deciden el rumbo del país.
¿Qué hacer ante dicha situación?
Seguramente se requiere otra reforma política, no solo electoral. Una reforma política que supere nuestra democracia representativa, que avance hacia la democracia participativa y, con ésta, hacia mayores posibilidades de solucionar otros grandes problemas nacionales.
Esa nueva reforma política, una definitiva, significa dotar de autonomía, a conglomerados o comunidades importantes en el país, desde las comunidades indígenas que así lo deseen, hasta instituciones educativas fundamentales para la nación, como el mismo Instituto Politécnico Nacional;
Significa tomar medidas, para acabar con el nefasto corporativismo, suprimiendo la costumbre de que las cuotas sindicales no las cobre el patrón para que éste se las entregue a las respectivas mesas directivas de los sindicatos, y que cada trabajador aporte directamente su cuota a la organización que le plazca, y con ello, avanzar hacia la plena libertad sindical;
Significa que a los ciudadanos capitalinos, se nos reconozcan plenamente nuestros derechos políticos, logrando que lo que hoy conocemos como Distrito Federal, sea transformado, sin regateos como le están haciendo ahora, en una nueva entidad federativa, con su propio Congreso local, convirtiendo a sus actuales Delegaciones en Municipios, para que sus ciudadanos elijan a sus propios Ayuntamientos, con representación proporcional de las planillas que participen, incluso dividiendo algunas de ellas, como Gustavo A Madero e Iztapalapa en dos o en tres: Y que solamente los inmuebles que albergan los poderes federales, sean reconocidos como DF;
Significa, suprimir al menos la mitad, de los cuantiosos recursos que hoy se les entregan a los Partidos Políticos, pues cada vez se les entregan más y nunca desquitan lo que cobran;
Significa, disminuir los requisitos para que quien lo desee, pueda participar como Candidato Independiente, de los Partidos Políticos con registro electoral;
Significa, que también los miembros de los Poderes Legislativo y Judicial estén obligados a rendir, cotidianamente, cuentas, de los recursos públicos a su disposición;
Significa, suprimir todo tipo de prerrogativas económicas de que actualmente gozan los servidores públicos, tanto los que son electos, como gobernantes y legisladores, y los de tipo administrativo, de Directores para arriba, para que solamente disfruten, como la generalidad de los ciudadanos, de su salario nominal, como una manera de evitar que los cargos públicos sean considerados por los individuos o grupos que los ostentan, como un botín.
Significa acabar con la impunidad de que gozan muchos, muchísimos delincuentes, disfrazados de políticos, incrustados en prácticamente todos los Partidos registrados (en donde se tapan los unos a los otros), desde donde surgen calamidades como la ocurrida en Iguala, Guerrero, con la desaparición, y posible muerte, de 43 estudiantes normalistas.
Porque mientras persistan los vicios del viejo sistema, aunque haya un nuevo INE, y nuevos “INES” locales, todo seguirá igual. O peor.
Notitas: Una.- Que en momentos difíciles, lo que procede es mantener la serenidad, o la violencia se puede imponer. Y eso a nadie conviene. Dos.- Que con todo y reformas estructurales, organismos internacionales, como el FMI y el BID, consideran que el PIB (crecimiento) nacional, para 2014 y 2015, será menor al pronosticado. ¡Agh! Tres.- Que mientras miles de estudiantes chinos se movilizaban para lograr cambios, miles de estudiantes mexicanos (del IPN) se movilizaron… ¡para evitar cambios! ¡Qué Curioso! Cuatro.- Que el 9 de noviembre se lleva al cabo el Maratón de Toluca, Edomex. Solo para quienes quieren tirar la polilla. ¿Sugerencia para lograr condición física? Practicar Tai Chi, los lunes, de
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