Los eclipses en la historia de Teotihuacan, ¿superstición o ciencia ancestral?
En su época de esplendor, Teotihuacan fue la ciudad más
grande y extraordinaria de nuestro continente, y el conocimiento generado por
sus habitantes no sólo fue heredado a culturas mesoamericanas posteriores, sino
que, al día de hoy, influye en nuestra sociedad.
Así se comentó este jueves dentro de la conferencia
“Teotihuacan: los astros y el próximo eclipse”, que el arqueólogo y titular del
Centro de Investigación y Divulgación de la Ciencia en la Universidad del
Tepeyac, Ismael Arturo Montero García, dictó en el Museo de Murales
Teotihuacanos “Beatriz de la Fuente” de la actual zona arqueológica.
Como parte de esta actividad, convocada por la Secretaría de
Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH), se expuso la importancia e influencia que el sol tuvo en la llamada
“Ciudad de los Dioses”.
En sus comentarios iniciales, el panelista refirió que en la
traza urbana de Teotihuacan y en diferentes elementos iconográficos que se han
encontrado arqueológicamente en ella, como la escultura del Disco de la Muerte,
se da cuenta del amplio conocimiento que esta antigua civilización tuvo de la mecánica
celeste, del uso de las matemáticas, la geometría y la arquitectura.
Además de la orientación de la Pirámide del Sol, agregó,
otro testimonio de la manifestación de los astros fue la construcción del túnel
debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, en la Ciudadela; un espacio de 120
metros de longitud que ha sido explorado por especialistas del INAH, y en el
cual se han identificado elementos planeados para recrear el movimiento de las
estrellas y otros cuerpos del sistema solar.
En Teotihuacan, señaló el arqueólogo Aarón González Benítez,
adscrito a la Escuela Nacional de Antropología e Historia, e igualmente
partícipe en el evento de divulgación, se tiene registro de cuatro eclipses
importantes que fueron identificados en un estudio que calculó la frecuencia de
dichos fenómenos en un lapso de 600 años.
De acuerdo con estos análisis, el 2 de noviembre del año 12
d.C., los teotihuacanos atestiguaron un eclipse total de sol, el único en la
historia prehispánica de la urbe; en tanto tres eclipses parciales fueron
vistos el 29 de octubre del año 338, el 31 de agosto del año 490 y el 11 de julio
del año 576 de nuestra era.
Una especial mención se hizo de este último, ya que, de
acuerdo con las indagaciones de los científicos, habría ocurrido durante el
ocaso, por lo que se teoriza que pudo tener un simbolismo negativo para
habitantes de Teotihuacan, quienes ya para ese entonces, participaban en el
declive poblacional y geopolítico de la urbe.
En el México antiguo, apuntaron ambos conferencistas, se
cree que los eclipses tuvieron relación con los cambios de gobierno; así lo
indican algunos registros como el eclipse total visto en Palenque en el año
490, u otros como los de Xochicalco y Santa Fe, que ocurrieron en los años 664 y
790 d.C., respectivamente.
Cabe destacar que en la conferencia se contó con la
presencia del encargado del Departamento de Museos y Comunicación Educativa de
la Zona Arqueológica de Teotihuacan, Jesús Torres Peralta; de la investigadora
del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma
de México, Elena Ruíz Gallut, y con el apoyo de los astrónomos Fernando Cornejo
Montaño y Ricardo Olguín Mena.
Al finalizar la charla, las y los asistentes pudieron
admirar el sol, de manera segura, a través de cuatro telescopios facilitados
por la Asociación por la Educación, la Ciencia y la Cultura del Valle del
Mezquital. En esta última actividad se contó con la participación de 160
personas.
Fuente: INAH
1 comentario:
Es algo muy bonito ver cómo la luna abraza al sol
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