En voz alta Vulneración principios internacionales
Teotihuacán en Línea. Por: Gerardo Viloria. Mi deseo para
esta entrega estaba fincado en narrar acerca de la presencia de la pareja OBAMA
en la Casa Blanca.
Lamentablemente, la postura desafiante, amenazante,
intolerante mesiánica y agresiva del hoy
presidente norteamericano DONALD TRUMP, reemplazó mi intención.
Sin mencionar a México, al asumir oficialmente la
presidencia de Estados Unidos, el pasado viernes 20, DONALD TRUMP ofreció
“proteger las fronteras” de Estados Unidos.
Sin embargo, siempre arguyendo autoprotección y autodefensa,
ha referido a México no como buen vecino y menos como aliado, sino como un
enemigo al que hay que arrinconar y humillar, porque somos responsables de
muchos de los males que padece su país.
Lo anterior, no obstante que las propias autoridades
estadounidenses han advertido que la amenaza más significativa es la frontera
con Canadá.
Pero para el prepotente magnate, la colindante de México es
el paso natural de indocumentados, criminales y narcotraficantes y por eso ha
reiterado que construirá un muro, señalado que nuestro país tendrá que pagarlo.
Por tanto, ante la falta de voluntad de buen vecino, sus
amagos de campaña, sin duda, se convertirán en práctica de gobierno.
Luego entonces, las amenazas de mantener la construcción esa
humillante tapia se transforman en agresión, vulnerando así, principios de
ámbito internacional.
El artículo 2o., párrafo 4, de la Carta de la Organización
de las Naciones Unidas (CONU), redactado en forma imperativa, establece
claramente que: "Los miembros de la Organización, en sus relaciones
internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza
armada o también a otras modalidades de fuerza como la política, diplomática o
económica”.
Esta prohibición al recurso de la amenaza o al uso de la
fuerza debe ser interpretada de manera amplia y como una obligación jurídica
general.
Por tanto, nuestro gobierno debería anunciar –por agravio-
que se opone tajantemente a que se continúe con el levantamiento del muro y
recurrir a todos los instrumentos legales, ambientales, políticos, sociales,
culturales y regionales para detener la construcción.
Convendría movilizar a las comunidades binacionales en
Arizona, California, Nuevo México y Texas para conjurar la insistencia de la
edificación de esa obra de odio, de tal forma que el costo de persistir en esa
idea absurda se vuelva demasiado alto para TRUMP.
En este contexto, a final de cuentas, el altanero magnate
lograría entender que ningún país que se enorgullezca de sí mismo debe
construir muros.
Por otra parte, a mayor sustento, como fija puntualmente el
presidente del IAPEM, Maestro en Ciencias Políticas y Administración Pública,
MAURICIO VALDÉS RODRÍGUEZ, en el proemio del libro de WILLIAM JAY, Revista de
las causas y consecuencia de la guerra mexicana, “¿Quiénes son los ilegales:
los invasores-colonizadores-conquistadores desde aquella época o nuestros compatriotas, descendientes de los
dueños originales de esas tierras despojadas por una guerra expansionista?”