jueves, 6 de enero de 2022

Colesterol: Enemigo del organismo y cómo evitarlo


Colesterol: Enemigo del organismo y cómo evitarlo

Edomex en Línea/Teotihuacán en Línea. Cuando se trata de mantener a raya el colesterol “malo” (LDL), parece que todos tenemos la teoría muy bien aprendida, pero fallamos en la práctica. Esto es al menos lo que se desprende de los resultados del estudio del colesterol elaborado por ProActiv, del grupo Upfield.

Según refleja esta investigación, la población tiene claro que llevar un estilo de vida y una alimentación saludables es la estrategia más efectiva para mantener el colesterol en unos niveles adecuados.

Asimismo, el 90% es consciente de que hay que vigilar los niveles de colesterol a cualquier edad, y es consciente de que se trata de un problema que no atañe solo de adultos sino que también puede afectar a los jóvenes.

Imprecisiones, creencias erróneas y medias verdades

Sin embargo, y a pesar de estas lecciones bien aprendidas respecto al nexo entre colesterol y hábitos saludables, cuando se pregunta sobre acciones concretas para prevenir la hipercolesterolemia (tipo de dieta, inclusión de alimentos funcionales, práctica de ejercicio), sólo el 60% las lleva a la práctica, porcentaje que aumenta paralelamente a la edad (un 70% entre la población de 65 años o más).

¿Cuál es la razón de esta paradoja? Ana Cantos, experta en nutrición clínica y coaching nutricional, apunta a que hay una cierta confusión y poca claridad respecto a las pautas concretas a seguir: “El problema es que la mayoría de las veces no se concretan o se dan por sabidos muchos aspectos, por ejemplo, qué es exactamente una alimentación equilibrada. Ésta no consiste en eliminar ciertos alimentos y tampoco es cuestión de cambiar los alimentos tradicionales por productos light. Comer de forma equilibrada va mucho más allá, pero a la vez es mucho más sencillo. Es decir, no tenemos por qué renunciar a una dieta sabrosa, saciante y, en definitiva, apetecible. Romper estos mitos es quizás una de las claves para lograr un control óptimo del colesterol, y para ello tenemos que tratar de lanzar mensajes más claros y más directos a la población”.

No dejarse llevar por los engaños

Los cardiólogos Cantos y Leopoldo Pérez de Isla, indican que “El error más extendido entre la población en este sentido es pensar que una alimentación sana y que reduce los niveles de colesterol elevados consiste solo en comer verduras y pescado o pollo a la plancha”. El especialista incide en la necesidad de controlar el colesterol adecuadamente y de forma individualizada, principalmente a través de la alimentación: “Debemos recomendar una dieta variada y equilibrada a toda la población, haciendo especial hincapié en los niños”.

Señas de identidad de la dieta anti-colesterol

Para definir cuál es la dieta equilibrada “tipo” enfocada a prevenir la hipercolesterolemia, G. Cantos asevera “Es aquella que contiene todos los nutrientes que necesitamos en la cantidad adecuada. Está llena de frutas y verduras como pilar fundamental. Los cereales que incluye son granos enteros, es decir, integrales. Contempla varias raciones de legumbres a la semana y en ella predomina el consumo de pescado, sobre todo azul, frente a la carne. Los huevos y los lácteos son de calidad, y evita la ingesta de productos procesados, pero no de grasa”.

Procesados: enemigos a evitar

“No me gusta hablar de enemigos de manera única o de restricciones estrictas, porque este enfoque, en ocasiones, favorece que los pacientes deseen con más intensidad aquello que está prohibido; pero si tuviera que nombrar a un gran enemigo de los niveles de colesterol adecuados, serían los productos procesados, que están cargados de calorías vacías procedentes de ingredientes de dudosa calidad nutricional, llenos de aditivos que buscan una mejora de la apariencia del producto final, y que los convierte en alimentos llenos de todo… y nada bueno”, apunta.

Omega 3: imprescindibles y avalados por la ciencia

Respecto a los nutrientes de los que se dispone de mayor evidencia científica en cuanto a su rol beneficioso sobre el colesterol, Pérez de la Isla lo tiene muy claro: los ácidos grasos omega 3, “Muy presentes en el pescado azul, el salmón y la trucha: los alimentos ricos en fibra; el aceite de oliva; y las nueces, las almendras y las avellanas, ricas en esteroles vegetales. También se encuentran esteroles vegetales en frutas, verduras y hortalizas; en los aceites vegetales y en los cereales, así como en los alimentos enriquecidos con este tipo de esteroles”.

Huevos

Tradicionalmente, los huevos se han considerado el principal alimento a evitar en la dieta anti-colesterol, una fama inmerecida. “Los niveles de colesterol están determinados fundamentalmente por nuestros genes. Siempre es necesario seguir una dieta cardiosaludable, y en ella se incluye el consumo moderado de huevos. Se recomienda consumir hasta siete huevos a la semana en el caso de la población general, y entre tres y cuatro semanales en personas con el colesterol alto. Si se trata solo de la clara, el consumo puede ser superior”.

Grasas: las “buenas”

“Es un error pensar que el consumo de grasas aumenta los niveles de colesterol”, señala Cantos. “Eso sí, hay que diferenciar el tipo de grasas que se consume, y en este caso se debe optar por las “buenas”, esto es, las procedentes del pescado azul, de las semillas, de los frutos secos, del aguacate o del aceite de oliva, que son imprescindibles en una dieta equilibrada”, añade.

 

Ahondando en este tema, la experta en nutrición explica que las “grasas buenas” son aquellas que ejercen un papel beneficioso para el funcionamiento del organismo. “Entre ellas se encuentran las grasas poliinsaturadas (omega 3 y omega 6), muy necesarias ya que el organismo no las puede sintetizar. El omega 3, por ejemplo, ejerce una acción antiinflamatoria y anticoagulante; disminuye los niveles de colesterol y triglicéridos y reduce la presión sanguínea”.

Estrés, ejercicio y otros factores “extra alimenticios” que también cuentan

La práctica habitual de actividad física tiene efectos muy positivos en el colesterol sanguíneo. Asimismo, el factor emocional (estrés, ansiedad, periodos de tensión) puede influir en los niveles de colesterol. “Un estrés importante puede afectar levemente a los niveles de colesterol, pero estos vuelven a su situación de partida al poco tiempo de desaparecer esta situación estresante”.

Además, el especialista hace hincapié en la necesidad de controlar regularmente las cifras de colesterol, y recuerda que “existe una falta de concienciación demasiado generalizada acerca de este importante problema, y no hay que olvidar que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte, y que la hipercolesterolemia es un factor de riesgo muy importante en su desarrollo”

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