Sara Abigail, feminicidio, disfrazado de
"suicidio"
No encuentra a mano un antídoto a ese lento veneno que se
llama realidad.
Marcela Serrano.
Sara Abigail Salinas Sandoval nació el 23 de octubre de
1996. Una joven alegre llena de sueños y anhelos de emprender un negocio que
además amaba los deportes, en especial el ciclismo, la música y la fotografía.
Estudiaba la carrera de Gastronomía de la Universidad Autónoma del Estado de
Hidalgo.
La hija más pequeña de Claudia y Alberto, tenía 22 años
siendo tan joven era una mujer trabajadora, cuidaba su salud, era muy activa y
metódica, uno de sus pasatiempos favoritos era tomar su bicicleta y salir a rodar con grupos de ciclistas para
recorrer largas distancias en carretera.
Sara se caracterizaba por su simpatía era parte de su
esencia empatizar con la gente que iba conociendo eso le facilitó tener amistades de los más diversos círculos
sociales. Llena de planes, el principal poner un negocio (un café) y continuar sus
estudios.
Amante de la cocina estudió Gastronomía de la Universidad
Autónoma del Estado de Hidalgo. Tenía talento para tocar el piano, lo hacía de
manera empírica, y le gustaba tomar fotografías, cosa que hacía muy bien.
Sara, mantuvo una relación con un sujeto mucho mayor que
ella, fue en 2013 cuando la joven tenía 16 años
lo conoció en una reunión de "Testigos de Jehova", Los padres de Sara, recuerdan que esa
relación le hizo mucho daño, "siendo ella menor de edad el sujeto se
aferro a mi niña, e iniciaron esa relación dominante, fue en 2019 que Sara
decidió alejarse de él, sin embargo, el
jamás acepto que ella ya no quisiera permanecer a su lado".
Para Noemí hermana de Sara, es importante mencionar el lugar
en el que Sara conoció a ese individuo "es importante mencionarlo porque
ésta organización ahora juega el papel de encubrir al presunto culpable, dicha
congregación está ubicada en Pachuca de Soto, Estado de Hidalgo. En dicha congregación se supo de la relación
de abuso que llevaba con Sara el sujeto que era varios años mayor que ella (no mencionaré
nombres porque el tipo ni siquiera ha sido sometido a proceso). Los adultos que
supieron de la situación guardaron silencio. Nadie buscó a mis padres para
advertirles del peligro en que estaba Sara. Pasaron los años y esta relación
continuó a escondidas".
El 25 de agosto de 2019,
Sara fue encontrada sin vida, en el municipio de Zempoala, su mamá la
encontró recostada en su cama. Su agresor quiso simular el feminicidio como un
suicidio, colocándole una bolsa de plástico sobre su rostro.
En las últimas semanas en que Sara estuvo con vida decidió
dejar esa relación que la hacía sentir menos valiosa de lo que en realidad era,
la hacía sentir utilizada y desilusionada. El miserable la buscó en constantes
ocasiones y le llamaba para acosarla. Inclusive Alberto y Noemí, fueron testigos de una de esas llamadas, la
noche del viernes 23 de agosto, dos noches antes del feminicidio, en la que un
sujeto le insistió a salir. Más de media hora duró esa llamada, Sara en ningún
momento accedió a sus proposiciones.
Días después del feminicidio de Sara, la mejor amiga (que
también pertenece a esa congregación) contactó a la madre para informarle,
quién podría ser el principal sospechoso, la persona que la tuvo angustiada en
sus últimos días de vida, debido a su insistencia en buscarla. Fue en este
momento cuando se enteraron de esa destructiva relación.
Las autoridades del Estado de Hidalgo, indagan el crimen con
perspectiva de género, sin embargo, hasta el momento no se ha generado ninguna
orden de aprehensión, Alberto el padre de Sarita, casi a diario acude a la
Fiscalía de Feminicidios, para conocer los avances en la investigación.
El buscar justicia
para Sara, ha significado un camino lleno de obstáculos y pesares, su familia
ha sido revictimizada por las mismas autoridades. Pero no ha sido suficiente
para desanimarlos y hacer que se rindan.
Las palabras siempre ayudan a sanar un poco el alma, por lo
que desde esté espació siempre es importante las letras escritas de las madres,
padres, hermanas de las mujeres que nos arrebatan a diario.
"A Sarita:
No hay un solo día que no piense en ti y creo que tus
hermanos tampoco. Estamos ya a un año de tu partida y se percibe como si fuera
ayer, aún duele, lacera el alma estar sin ti. Se extrañan tus acostumbradas
prisas y también tus atrasos cuando teníamos que salir; toda tu inquietud en
casa ahora que no estás la asfixia de soledad; todo es monótono si ti, tu
alegría y positivismo hace mucha falta. Pero conociendo tu forma de ser
comprendo que quieres que sigamos adelante viviendo y disfrutando la vida tal
como tú lo hacías. Para ti no había imposibles, tu todo lo podías, nos cuesta
trabajo, pero estamos intentando para que tu estés bien, contenta de ver que
estamos trabajando en ello. ¿Cuándo lo lograremos? No lo sé, “resiliencia tu
lema”, tu vida es y será siempre una página hermosa en nuestras vidas".
Alberto, padre de Sara.
"Una plegaria indígena para ti mi bebe Sarita, que
estoy cierta que, es lo que quisieras
decirnos, mi nena hermosa:
No te acerques a mi tumba sollozando, no estoy allí, no
duermo ahí. Soy como mil vientos soplando, soy como un diamante en la nieve
brillando, soy la luz del sol sobre el grano dorado, soy la lluvia gentil del
otoño esperando cuando despiertas en la tranquila mañana, soy la bandada de pájaros
que trina, soy también las estrellas que titilan mientras cae la noche en tu
ventana. Por eso no te acerques a mi tumba sollozando, no estoy allí, yo no
morí.” Claudia, Mamá de Sara
“A pesar de que hay veces en las que creo que no podremos
hacerte justicia, nunca vamos a dejar de buscarla, el tiempo que sea
necesario.” Hermana de Sara.
El perder a una hija, una hermana o una amiga de esta manera
es difícil y lo que viene por delante es todo un proceso de sanación y
recuperación. Sin embargo, en México, las familias, que también son víctimas de
esta situación, no se pueden dar ese “lujo”. Lo que vino para la familia de
Sara, fueron días que se han convertido
en meses de investigación. Buscar y entrevistarse con sus amigos y conocidos,
conseguir videos de cámaras de seguridad en las calles aledañas, conseguir los
números de los postes de las cámaras de seguridad (C5i) en todo el recorrido
que va desde Pachuca a Zempoala para pedir esos videos, hablar con vecinos y
saber si alguien vio algo extraño.
El sistema de justicia mexicano está plagado de corrupción,
muchas veces los agentes investigadores piden dinero a las familias para
ponerse a hacer lo que les corresponde. Sucede también que su falta de interés
entorpece las investigaciones. Además de la corrupción, están las negligencias
y errores que se cometen en la investigación. La escena del crimen debe
resguardarse correctamente, ya que puede ser necesario hacer más peritajes. En
este caso, el hogar de Sara, lugar donde fue asesinada, fue liberado de inmediato.
Omar Fayad Meneses, gobernador del estado de Hidalgo,
declaró en sus redes sociales: “Es muy necesario cambiar la realidad que está
viviendo la mujer en México. Basta de violencia”. Y se pronunció a favor del
paro de mujeres del 9 de marzo. Esto es burda hipocresía. La violencia en el
estado se está incrementando, el caso de Sara lamentablemente no es el único
feminicidio en la entidad. ¿El gobernador quiere acabar con la violencia hacia
la mujer? Empiece con hacer justicia a los casos de feminicidio como el de Sara
Abigail.
Como en cada uno de los casos que integran el extenso
conjunto de Voces de la Ausencia, nos unimos al dolor que cada día matiza la
vida de esta familia. Y exigimos a las autoridades que se esclarezca el
feminicidio de Sara.
octubre
2020
¿Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo, de una
mujer víctima de feminicidio o desaparición?, ¿o eres una sobreviviente de una
relación violenta o intento de feminicidio?.
Búscanos, ayúdanos a visualizarlas y contar sus historias. Voces de la
Ausencia.
@FridaGuerrera
@VocesDLAusencia
fridaguerrera@gmail.com