viernes, 7 de marzo de 2014

Don Luís

Don Luís


Teotihuacan en línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. Primero fue en 1975. En plena asamblea ampliada del Comité Nacional, en Bucareli 20, 8º. Piso, en el DF, alguien llegó. Lo supimos porque Heberto Castillo, contra su costumbre y contra todo protocolo, se puso de pie y, desde el presidium  caminó rápido hacia las parte de atrás del salón. Todos volteamos, siguiendo el recorrido del ingeniero. Saludó a un hombre alto, muy elegante, que parecía un actor, galán de cine. Díjeme a mi mismo: lo conozco, es el Dr. Luís Villoro, Director de la Dirección de Ciencias Sociales y Humanidades, de la UAM-I. Lo reconocia porque un servidor acudía a clases (Economía) en dicha área.
Luego, en 1976, durante una Asamblea Nacional del mismo PMT, celebrada en uno de los salones más altos de lo que fuera el Hotel de México (hoy WTC), me lo topé. Rondaba por ahí, escuchando, me dijo cuando lo saludé, lo que los delgados a dicho evento, proponían. Le pedí, me ayudara a conformar el Comité de Base del Partido en la UAM-I. “Usted dígame cuándo y convocamos”, me dijo sin pensarlo. En la fecha pactada, solamente se presentó al salón del edificio H de esa escuela, repleto de estudiantes, profesores y trabajadores administrativos, para saludarnos y se retiró. El Comité se formó.
Mucho tiempo después, 1994, lo hallé en Chiapas, durante los “Diálogos de San Andrés”. “¡Otra vez nos encontramos!”, dijo y me dio un abrazo. Su labor como parte de la Comisión intermediaria entre la COCOPA y el EZLN, fue fundamental, para los acuerdos subsiguientes. El subcomandante Marcos lo adoptó como su asesor de cabecera.
Nuestro siguiente encuentro, fue en un entorno triste. Fue el 12 de abril de 1997, en Bellas Artes, cuando él fue uno de los oradores en el homenaje a Heberto Castillo, luego de su fallecimiento. “¿Cómo está?, nos volvemos a encontrar”, fueron sus palabras, cálidas y el apretón de manos.
Cuando en 1999, invité al Dr. Villoro a participar como orador principal en el 25 aniversario del surgimiento del PMT, en el Museo de la Ciudad de México, rápido respondió que sí, incluso cancelando otro compromiso contraído de antemano. Su discurso de ese día, el mero 8 de septiembre, fue sobre el significado de “la izquierda”: “No hay gobiernos de izquierda, ni partidos de izquierda. Lo que hay son actitudes de izquierda, porque ser de izquierda es, sobre todo, una actitud moral, ética, ante la vida,…, contra todo tipo de opresión”. Me volvió a convencer.
Después, volví a su casa, en San Ángel, para hacerle otra invitación. Me llevó hasta la cocina para bebernos un té y platicar un poco del asunto. Corría ya el 2008. Era otra invitación, ahora desde “Por el cambio con dignidad, AC”,  a otro aniversario, a que impartiera una conferencia sobre “La Izquierda en México”. En la gran sala de la casa, propiedad del matrimonio Robles-Barajas, en la colonia Del Valle, en el DF, en donde se llevó al cabo dicho evento, no cupo la gente. Y una mera observación sobre la conducta ensoberbecida de AMLO, le ganó a don Luís que, una pequeña, pero muy ruidosa, del auditorio, se le fuera, literalmente, a la yugular. “El equivocado era Marcos”, le gritaron algunas personas. Sólo guardó silencio ante la intolerancia.
Volví a su casa en 2013, en julio, para lograr que nos acompañara ¡a otro aniversario! El 39. Además sus compañeros ex pemetistas, le rendiríamos un merecido homenaje a él mismo. El evento sería en el Club de Periodistas de la Ciudad de México. Muy delicado de salud, pero amable, me dijo que sí. Pero que volviera para que me confirmara. Volví en agosto. Su salud estaba más deteriorada, me dijo una de sus hijas. Y me advirtió: “¡pero no quiere homenajes, eh!”. Me pidió volver. Y volví el 2 de septiembre. El acto sería el día sábado 7. Me atendió otra de sus hijas. “¡No, no va a poder asistir” Se retiró. La que parecía su enfermera, que por unos momentos más permaneció conmigo, me consoló. “Es que ya no puede, compréndalo y me señaló al fondo de la casa. Ahí estaba don Luís, postrado en lo que parecía una silla de ruedas. Se veía muy mal de salud. De aquel personaje que, cuando le conocí, semejaba un actor de cine…ah, el tiempo… nos destroza a todos.

Por supuesto, el evento se realizó como estaba programado y todos los presentes, le rendimos al Dr. Villoro, un fuerte aplauso, como homenaje. El diploma preparado para el caso, con los nombres de todos los asistentes, días después yo mismo se lo llevé a su casa. Ya no ví al Dr. Villoro. Que estaba peor, me dijeron. Me imaginé que se edad, 91 años, ya no le ayudaba.      
Y este miércoles, 5 de marzo del 2014, por la noche, me entero que don Luís Villoro Toranzo: “el cambio en nuestra sociedad, debe venir desde abajo” – filósofo de renombre internacional, profesor de un sin número de generaciones, Premio Nacional de Ciencias y Artes, Miembro del Colegio Nacional, Dr. Honoris Causa de varias universidades, autor de varios libros, Embajador Permanente de México ante la UNESCO, defensor permanente de las causas indias, uno de los mas prestigiados intelectuales que México ha tenido  (“y ex pemetista”, según me puntualizó, orgulloso, alguna vez) murió. Ni modo. La suya fue una vida intelectual y solidaria con las causas sociales, muy productiva. 
Imagino que algún día, cuando lo alcance, tendré el honor de volver a invitarlo a otro evento. Y que él, siempre solidario y sin los molestos problemas que da la falta de salud, aceptará gustoso. Va un abrazo a su familia, sus amistades, sus compañeros del Ex PMT, del EZLN, de…

No hay comentarios: