Óptica Ciudadana
¡Alto al secuestro y…!
Teotihuacan en línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. Decíales en mi anterior, estimados lectores, que el martes 10 de febrero pasado, por el sur de la capital del país, al parecer al estar a punto de pagar el rescate de su secuestrada prometida, fue asesinado con ¡18 balazos! el buen amigo y compañero de muchos años, Mario A. Peña Urquieta, quien fuera miembro del PMT, del PMS, del PRD y de
Como rayos, centellas y relámpagos, atravesaron por mi cerebro imágenes, informaciones, interrogantes y reflexiones, sobre ese tipo de sucesos. Porque Mario y su compañera, no son las primeras, ni serán, desgraciadamente, las últimas, víctimas de ese tipo de delitos que asolan a nuestra nación.
Y es que aún tengo fresca en mi memoria, la triunfal información del “Zar Antisecuestros” del gobierno federal, don Renato Sales Heredia, que rindió hace apenas un mes. En general, dijo el funcionario, la inseguridad va a la baja en el país, pero en particular, en el delito de secuestro. Para remachar con mazo de lengua su afirmación, desglosó: Si durante 2013 se denunciaron 1698 secuestros, y en 2014, solo se reportaron 1394, la disminución de este delito fue de 18 por ciento.
Cuando a don Renato, aún no se le borraba la sonrisa del rostro por anunciar tal avance, muy serios, pidieron la palabra doña Isabel Miranda y don Alejandro Marti, ambos cabezas de organizaciones dedicadas a dar seguimiento con lupa, a este y otros delitos. Como se recordará, respectivos hijos de ambos personajes fueron víctimas de secuestradores y, no obstante que pagaron lo que exigían los maleantes, a ambos jóvenes los mataron.
Pero les decía, mis estimados, que cuando el “Zar Antisecuestros”, luego de su informe sobre la evolución del secuestro en México en los últimos años, no terminaba de aplaudirse a sí mismo, doña Isabel y don Alejandro, pidieron la palabra para opinar sobre dicha información. ¡No son ciertos, dijeron a coro, los datos que se vierten!
Enseguida desglosaron su dicho:
Mas que disminuir, la cantidad de secuestros ha aumentado. De acuerdo a datos de diversas organizaciones de la sociedad civil, si en 2013, ocurrieron 2166 secuestros, y en 2014 se dieron 2818, tal delito ha aumentado un ¡30 por ciento! En donde sí bajó fue en el último mes del año pasado, ya que en noviembre ocurrieron 163 secuestros y en diciembre, 152. Pero diciembre…es diciembre.
Peor aún, en los dos primeros años del actual sexenio, prosiguió doña Isabel, que en este tema se las sabe de todas, todas, en el país han ocurrido 5,710 secuestros, es decir, como 10 cada día, tomando en cuenta que en la mayoría de los casos, las víctimas y sus familias no presentan la respectiva denuncia. Y la inmensa mayoría, quizá un 75 por ciento, paga el rescate exigido.
Aunque la mayoría son los “secuestros express”, cometidos por “principiantes”, pero efectivos pues generalmente cobran lo requerido a sus víctimas, algunos miles de pesos, hay muchos otros de mayor impacto. Vale recordar que el secuestro por el que más dinero se ha pagado, ha sido de 50 millones de pesos, en el DF, por cierto.
Por algo, el secuestro está considerado como el delito de mayor impacto en la sociedad mexicana, muy delante del homicidio, que es el segundo (en 2013 ocurrieron casi 23 mil homicidios en el país), luego aparecen, en orden de importancia, la lesión dolosa, la extorsión, el robo a transeúnte, y el robo de vehículo. Quienes cometen secuestro, deben estar muy enfermos, pues el daño que causan a sus víctimas, a los familiares de sus victimas y a los allegados de sus víctimas, es mayúsculo. Dañan la economía, la psicología, la moral y el bienestar de todos ellos; y son daños que pueden durar el resto de la vida de las víctimas, si es que no son asesinados.
Las ciudades en donde se cometen mayor número de secuestros son Reynosa, Cuernavaca, Ciudad Victoria, Morelia, Villahermosa, e Iztapalapa, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero, en el DF. Por entidad federativa, Tamaulipas se lleva las palmas.
Y hay un agravante. A pesar de que existe una Ley para indemnizar a las víctimas y sus familias, y que para ello el Estado cuenta con un Fondo especial de mil millones de pesos, nadie ha sido beneficiado con ello. El motivo para no indemnizar a las víctimas pese a la existencia de dicho Fondo, es kafkiano: El requisito para cobrar una indemnización monetaria es que haya una sentencia en firme contra el agresor. Pero como los juicios duran años o los reos logran su libertad por fallas en los procedimientos, pues...
Por ejemplo, hoy se sabe que el asesino de Mario Peña, que fue detenido el día de su fechoría, ya había estado preso, acusado de homicidio y salió libre, alegando defensa propia. Hoy, como muchos otros delincuentes, ha vuelto a las andadas. A ver ahora qué le permiten alegar.
Probablemente, en la persecución y castigo efectivo de delitos, como el secuestro, el homicidio culposo, el de extorsión y hasta el del narcotráfico y relacionados, mucho tenga que ver la falta de control de las policías y de las cárceles. Desde éstas, muchos delitos se planean y dirigen. Y en muchos delitos, aparecen involucrados, policías. Las autoridades y la sociedad, deberían poner mayor atención en controlar efectivamente a policías y cárceles. Verían que entonces sí, los índices delictivos, tenderían a la baja.
Por lo pronto, esperemos que a la familia de Mario, se le haga justicia y no quede como una víctima mas, o un número más en la estadística, de la violencia.
Notitas: Una.- Que al PRD le cayó tarde el veinte. Nombró una “Comisión para investigar el caso Ayotzinapa”, ¡cinco meses después de ocurridos los lamentables hechos, de todos conocidos! Dos.- Que hablando de ese Partido, hizo un leve esfuerzo para no quemarse más ante la opinión pública, dando portazo a las aspiraciones de los impresentables Marcelo Ebrard (por su desastre en
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