viernes, 1 de abril de 2016

Óptica Ciudadana

Óptica  Ciudadana

 

¿No circulo?


Teotihuacán en Línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. La solución es sencilla y concreta. A los gobernantes en turno se las hemos soplado en su mera face, una y otra vez, al menos  desde los años setentas. Para  combatir la grave contaminación ambiental, el infernal tráfico vehicular de la capital y de ciudades similares, y otros problemas relacionados, hay que desalentar el uso del automóvil particular y fomentar, mejorando en mucho, el transporte colectivo.
Pero todos los servidores públicos de alto nivel, se han hecho patos ante tales calamidades y sus graves consecuencias, como el daño  a la salud de la gente, sobre todo en las vías respiratorias y deficiencias cerebrales.
Lo que han promovido con sus políticas públicas, todos ellos, es rendir culto al automóvil, dándole preferencia y  abriéndole paso en las grandes ciudades. Para beneficiar al automóvil y todo lo que dicen que representa, han abierto y ampliado calles, han destruido colonias completas – con sus consiguientes desalojos  de multitudes, por supuesto – para construir los hoy famosos Ejes Viales en la CDMX. Antes, habían construido el Circuito Interior, la Calzada de Tlalpan, el Viaducto Migue Alemán, y el hoy, permanentemente atascado, Periférico. Luego construyeron los llamados Segundos  Pisos, puentes  vehiculares por todas partes  y distribuidores viales aquí, allá y acullá.
Imagínense, estimados lectores, que en ese afán de promover el uso del automóvil  sobre el transporte público, hubo un Jefe de Gobierno del DF – de 2000 a 2006 – cuyo primer acto de gobierno fue el de inaugurar una concesionaria de venta de automóviles. Luego, durante todo su período, presumió su modestia utilizando siempre para sus traslados, un auto nuevo de la marca de dicha concesionaria, un Tsuru blanco.        
En este aspecto, insisto, ya no se distingue quién  gobierna peor, si el PRI, el PAN o la mal llamada “Izquierda”. 

Hace pocos días, los gobiernos capitalino y federal, pusieron el grito en el cielo, por los altos grados de contaminación ambiental en la capital, “Que no se daban, desde hace 14 años”. Eso dijeron. Y declararon que había “contingencia ambiental”. Entonces endurecieron el “Programa Hoy No circula”. Además, del incremento vehicular echaron la culpa a la Suprema Corte de Justicia de la Nación pues,”con los amparos otorgados por ella, a automovilistas inconformes, regresaron a la circulación diaria, a 600 mil vehículos”.    
Yo sospecho, mis estimados, que nuestras HH autoridades, nos quieren ver la cara de algo feo. Porque la realidad nos dice que los altos grados de contaminación, se dan de manera cotidiana en la capirucha, unos 300 días al año; los otros  65 casi no hay contaminación porque ocurren fuertes vientos que, afortunadamente, todo lo limpian. ¿Qué por qué me atrevo a contradecir a nuestras sacrosantas autoridades?  Cualquiera puede responder.  Lo único que hace falta es entrevistar a todos los pasajeros que entran y salen de la gran Ciudad de México, por vía aérea. Todos les dirán que la ciudad, desde el aire, no se ve, por la gruesa nata de smog que la cubre.  
O si les sirve un testimonio personal, y cualquiera lo puede constatar, he de remitirlos a mis subidas semanales, corriendo, al Cerro de la Estrella, en Iztapalapa. Desde arriba de esa montaña, no se distingue, como antaño, la gran ciudad. Vamos, no se mira ni siquiera la propia delegación Iztapalapa, por tanta contaminación.
Luego, a las autoridades capitalinas  se les ocurrió aprobar un nuevo Reglamento de Tránsito  el cual, además de violatorio de varios derechos ciudadanos y ser un instrumento que esquilma los ingresos de los conductores, tiene por objetivo “evitar las muertes por accidente de tránsito”, para lo cual prohíbe circular con alta velocidad. Una disposición de risa loca, pues la velocidad promedio en la capital es de 16 Km por hora; Y con dicho reglamento la hacen más lenta. Y entonces… ¡aumentó la contaminación ambiental!      
Y ahora nos acaban de salir – la Comisión Ambiental de la Megalópolis - con otra solución mágica, como surgida de una chistera. Resulta que endurecen aún más el Programa Hoy No Circula. Dicen que con ello van a dejar de circular un millón de vehículos cada día. Pero temporalmente; solo durante 3 meses. Y que por ahí va la solución. Pero no lo creo.
Véanse datos sobre la cantidad de vehículos: En 1997, cuando eso que llaman izquierda arribo al poder en la capital, había 2 millones de vehículos circulando cada día. Para el año 2000, ya había 600 mil vehículos más. Para 2006, ya había 3 millones de vehículos circulando. Al finalizar 2012, la cantidad de vehículos ya superaba los 4 millones con 400 mil vehículos más. Actualmente, 2016, ya circulan 4 millones 800 mil vehículos diarios. Y es que cada año, al parque vehicular  existente en la gran ciudad, se agregan 200 mil vehículos nuevecitos. 
Es decir, la industria automotriz, está boyante, en Jauja, muy prospera, multimillonaria. Claro, a costa de la salud de millones de personas. ¿Y los aliados de la industria automotriz, o sea, los gobernantes?  Muy campantes.
Insisto. La solución a mediano plazo es lograr desalentar el uso del auto particular, mejorando al mismo tiempo, y en gran medida, el transporte público, es decir, el Metro, el tren ligero, el ferrometro, los trolebuses, los metrobuses, los grandes vehículos de los gobiernos (grúas, camiones de basura, …), las combis, los microbuses, los autobuses de la ex Ruta 100. Todos estos últimos parecen carcachas. Urge sacar el aeropuerto de la capital y mejorar la calidad de las gasolinas. Y alentar entre la población toda, la educación cívica y de tránsito. En mis tiempos, a los alumnos de las escuelas primarias nos ponían a dirigir el tránsito vehicular, para ordenarlo. Hoy, personal de las escuelas de ese nivel, a la hora de ingreso y salida de alumnos simplemente, cierran la calle en donde se ubica la escuela, causando caos vial, pues ni avisan previamente de su acción.
Entonces, el nuevo “Programa Hoy no Circula”, pues no va a circular, porque la realidad es mas canija que todos los buenos deseos. O ustedes ¿cómo la ven desde ahí, mis estimados?                                                               
Notitas: Una.-  Que la alta burocracia, disfruta de dos períodos de vacaciones al año. Bien. Pero que no olviden que existen (existimos dijeron los otros) 83 millones de mexicanos que nunca podemos ir de vacaciones, eh. Dos.- Que don Peña Nieto está igual que don Fidel Castro. Declararon recién, cada quien por su lado, que sus respectivos países son autosuficientes en todo, hasta en producción de alimentos. Y que de los gringos…”puras habas”. Quien sabe entonces, por qué será, que miles de sus respectivos connacionales, año con año emigran precisamente rumbo a los EU. Tres.- Que la Presentación número 30 de mi libro, “Cuando correteábamos utopías”,  en la UAM Azcapotzalco, el pasado 29 de marzo, gracias a los Maestros, Rosa Albina Garavito, Ramiro Bautista y Celia Urbán, fue todo un éxito. A ver cómo nos va en la número 31, este viernes, 1 de abril, en el Parque de la Cruz, frente a la Catedral, en el mero centro de Cuautitlán de Romero Rubio, a las 16 horas, durante, el “Primer Encuentro Juvenil, Tianguis de libros, Cultura y Libertad”. Cuatro.- Que dice el Dr. José Woldemberg, que el comentario que hizo sobre mi libro en la Presentación del mismo el pasado 21 de febrero, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, será publicado en la Revista “Voz y Voto” del mes de abril. Tenquius. Cinco.- Que el 5 de abril se cumplen 19 años del fallecimiento del ingeniero Heberto Castillo Martínez, una de las Personas Ilustres de nuestro país. Seis.- Que no dejen de hacer ejercicio, mis estimados. Cada vez hay más personas enfermas debido a su vida sedentaria. Y de paso siembren un árbol ¿Va?        

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