lunes, 4 de julio de 2022

Cuando las fotos de Nota Roja se convierten en arte


Cuando las fotos de Nota Roja se convierten en arte

Edomex en Línea/Teotihuacán en Línea. El 10 de mayo falleció el fotógrafo más importante de la nota roja en México, Enrique Metinides, el fotógrafo de la nota roja, que gracias a su talento y fotografías realizadas en el preciso momento saltó al reconocimiento internacional Aquí un recuento de cómo llegó a la fama mundial.

¿Cómo fue posible que las fotos del morbo sobre la muerte y accidentes lograran pasar la barrera marginal del espacio popular de publicaciones de nota roja a espacios de libros y galerías de arte?

En julio de 1996, el periodista, escritor y patólogo Eduardo Monteverde publicó la primera entrevista del “Niño” Enrique Metinides en el primer número de la revista Latitudes, publicación especializada en fotoperiodismo fundada y dirigida el fotógrafo Jesús Villaseca Chávez.


Monteverde da cuenta del precoz inicio periodístico del niño que antes de jugar como cualquier otro, le gustaba retratar su entorno con una cámara regalo de su padre al cerrar el negocio familiar de una tienda fotográfica.

“Tuve al mejor maestro de la fotografía de la nota roja, Antonio Velázquez el “Indio”, que un día me vio con la camarita y me dijo: oye, niño, ¿Te gusta tomar fotos? Yo soy fotógrafo de La Prensa y te voy a ayudar para que te enseñes.” Relató Metinides a Monteverde.

Villaseca, amigo de varios años de Enrique a quien conoció en las coberturas de la fuente policiaca, ya sabía de la importancia del registro visual que tenía el decano de la nota roja. Cuenta que un día cuando Fabrizio León exfotógrafo de La Jornada y entonces editor de fotografía de La Prensa le consultó a quién podrían hacerle un homenaje por su trayectoria, sin dudarlo le dijo que a Metinides.


Cuando el conglomerado español de medios de comunicación Grupo Prisa, dueño también del diario El País, compró La Prensa nombraron en 1995 a Rubén Álvarez Mendiola como director quien tuvo la tarea de reformar y profesionalizar todas las áreas de un medio con poco prestigio periodístico.

Álvarez, un periodista que venía de el Unomásuno designó a Fabrizio León responsable del departamento de fotografía. Ambos comenzaron a proponer y hacer cambios importantes en la línea editorial de “El periódico que dice lo que otros callan.”


“Un día se me acerca Enrique Metinides, que yo realmente no lo conocía, y le dije pasa a la oficina. Me dice que quiere compartirme su situación en La Prensa y me empezó a contar que estaba marginado, que no lo dejaban tomar fotografías, que ya no les daban órdenes de trabajo importantes. En suma que los antiguos excooperativistas o los antiguos cooperativistas pues realmente no apreciaban y querían tener mayor trato con él”, relata Rubén Álvarez.

Metinides le contó de su vida y de su historia y lo que él pedía, en ese momento, era que le ayudara a rescatar los negativos que él tenía de su trabajo fotográfico en La Prensa. “Hablé con los directivos del periódico, todos los españoles que eran los dueños del periódico, la parte mexicana que en ese momento estaba representada por Manuel Alonso, viejo comunicador social y con Manuel Polanco el hijo de Jesús Polanco. Llegamos a un acuerdo”, dice Rubén.


Antes de ello Jesús Villaseca había llevado a Fabrizio León a conocer a Enrique Metinides a la casa de la Escandón, donde están las grandes colecciones de juguetes de bomberos y ambulancias.

Fabrizio propuso a Alfonso Morales, ya desde entonces reconocido como un gran investigador de archivos fotográficos.  El hoy director de la revista Luna Córnea se sumergió en una sala grande llena de gavetas y millones de negativos fotográficos. “Te puedes imaginar que después de tantas décadas, había una mina de oro pero en bruto, había que limpiar, ordenar. Seguramente muchos negativos ya estaban echados a perder”. Recuerda en exdirector de La Prensa.


Más de año y medio de investigación de  León y Morales, tenían el primer borrador de una gran libro. En su momento León lo consideró como un parte aguas en los libros de la fotografía mexicana.

En mayo de 1997, meses después de la presentación de la revista Latitudes en el Centro de la Imagen donde se dio a conocer el trabajo de Metinides con la presencia de Carlos Mosiváis y Patrica Mendoza entre otros, la sengunda Binenal de Fotoperiodismo dirigida por Enrique Vilaseñor reconoció con el premio “Espejo de Luz” la trayectoria de 50 años de fotografía policiaca de Metinides. El jurado compuesto por Francisco Mata, Marco Antonio Cruz, Mariana Yampolsky, Aarón Sánchez  y el mismo Alfonso Morales hacen también, como reconocimiento, la presentación del libro El Teatro de los Hechos, el resumen de toda la investigación del curador Morales.


En 1998, cuando el Empresario Mario Vázquez Raña compró La Prensa despidieron a todo el personal contratado por el Grupo Prisa, Rubén Alvarez, Fabrizo León entre otros. También a Jesús Villaseca y a Enrique Metinides.

“Yo estaba de espalda y escucho decir a Metinides: eres un méndigo, no recuerdo exactamente, Enrique nunca decía groserías, te voy a partir la madre”. El jefe de fotografía Carlos Peláez acaba de anunciarle a Metinides que está despedido. Nos corren, pero Enrique, no manches, 50 años en nota roja, era su vida. Estaba inconsolable”, cuenta Villaseca.

Vendría después la BBC de Londres, invitaciones a exposiciones en salas de arte de como Nueva York y el documental, hasta el 2015, de Trisha Ziff, El hombre que vió demasiado.


En la última presentación pública en septiembre del 2021 del “Niño” Metinides, organizada por Jesús Villaseca como director de Pohualizcalli, Escuela de Cine Comunitario y Fotografía de la Alcaldía Iztapalapa, Enrique contó la historia 333. “Una mujer se roba 3 bolillos y le dan 3 años de cárcel, hago un reportaje en la cárcel y a los 3 días la liberan”.

La fotografía de Enrique ayudó a cambiar las leyes laborales de los niños en el legislativo mexicano, de acuerdo a investigaciones de Villaseca, esas fotografías de niños accidentados en labores de riesgo concientizaron a diputados.

Enrique fue voluntario de la Cruz Roja, creo las claves de comunicación para que los familiares de la víctimas no sufrieran más con la información que se generaba al momento. Promovió en México que las ambulancias de la Cruz Roja no fueran grises sino blancas que representaban la pureza de las acciones de ayuda que luego Cruz Roja Internacional adoptó. Metinides se adelantó por mucho a la forma de registrar los hechos de muerte y la violencia.


Daniel Moreno apuntó en sus redes sociales: “Ayer murió Enrique Metinides, sin duda el fotógrafo de nota roja más importante. Su trabajo es sorprendente. Impacta como pocos. Su capacidad de reflejar el dolor, la sorpresa, la muerte sacuden a cualquiera… ¿cómo evaluar en términos éticos el trabajo de Enrique? Es decir, ¿cuál es el límite? ¿no estamos revictimizando? ¿no lucramos con el dolor? ¿no violentamos la privacidad del dolor ajeno?”.

“Metinides apostó por una narrativa cinematográfica profundamente estética, que derivó en un trabajo ético, cuando no se hablaba de eso. Metinides nunca se regodeó en la sangre. Hizo lo que nadie había hecho: colocar la cámara en el suelo para que no se vieran los charcos de sangre; incluso fue común que sus imágenes fueran retocadas para borrar lo sangriento”, contestó Juan Carlos Aguilar.

“Ahora el fotoperiodismo de nota roja ha cambiado muchísimo. No se hacían coberturas de 30 personas decapitadas, de 30 cuerpos tirados en una carretera, no cortaban cabezas, la nota policiaca pues ha cambiado mucho. Si aplicamos un poco la propuesta de Enrique podríamos lograr fotos aun cuando el acontecimiento es brutal y dantesco, podríamos lograr hacer fotos no tan grotescas si le aprendiéramos un poco Enrique”, destaca Villaseca.

Metinides confesó en una entrevista con EFE publicada el 1 de julio de 2017 que “Si volviera a nacer no sería fotógrafo. Estoy arrepentido totalmente”, dijo Metinides quien sobrevivió a diecinueve accidentes potencialmente mortales

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