De Acapulco a Oaxaca: la cadena de ayuda de los bomberos voluntarios de San Martín de las Pirámides tras huracán Erik

De Acapulco a Oaxaca: la cadena de ayuda de los bomberos voluntarios de San Martín de las Pirámides tras huracán Erik

EdoMéx en Línea / Teotihuacán en Línea. En medio de la fuerza implacable del huracán Erik que golpeó las costas de Guerrero, la solidaridad se hizo presente con la llegada de los Bomberos Voluntarios San Martín de las Pirámides, quienes respondieron sin titubeos al llamado de auxilio emitido por el Heroico Cuerpo de Bomberos Acapulco. Desde el 18 de junio de 2025, seis valientes voluntarios, acompañados de equipos especializados y dos canes de rescate, Zeus y Boom, se movilizaron con un único objetivo: proteger y apoyar a las familias afectadas por la tormenta.

La emergencia dejó a muchas personas en situación vulnerable, enfrentando inundaciones, daños estructurales y la incertidumbre que trae la pérdida de sus hogares. En este escenario, los bomberos se convirtieron en un rayo de esperanza, desplegando sus habilidades para rescatar, brindar auxilio y acompañar a quienes más lo necesitaban. No solo llevaron equipo técnico avanzado, sino también una presencia humana esencial, mostrando empatía y compromiso con las comunidades afectadas.

El trabajo coordinado entre distintas agrupaciones, incluyendo Bomberos Papanoa y personal rotario, demostró cómo el esfuerzo conjunto puede hacer la diferencia en momentos de crisis. Después de sus labores en Acapulco, el equipo se trasladó a Pinotepa Nacional, Oaxaca, manteniendo viva esa cadena de apoyo que es crucial para quienes enfrentan la devastación.

A su regreso, los bomberos compartieron la alegría de haber podido servir, resaltando la gratitud y el cariño de las comunidades. “Ni el hambre, ni el clima, rompen el corazón de los Bomberos”, expresaron con orgullo, reafirmando que su motivación va más allá del deber: es una verdadera vocación de ayudar.

Esta experiencia no solo resalta la importancia de la preparación y el equipo, sino también el valor humano que se manifiesta en la solidaridad desinteresada. En tiempos difíciles, el compromiso y el corazón de los voluntarios se convierten en el refugio más seguro para quienes lo han perdido todo. Porque, al final, “nada es más grande que el corazón de un voluntario.”