“Mi vida depende de una máquina”: pacientes bloquean avenida en Chimalhuacán tras suspensión del servicio de hemodiálisis

“Mi vida depende de una máquina”: pacientes bloquean avenida en Chimalhuacán tras suspensión del servicio de hemodiálisis

Pacientes del Hospital General de Chimalhuacán bloquearon la Avenida del Peñón, a la altura de la estación Mexibús Canteros, en un acto desesperado por una vida que depende, literalmente, de una máquina. Las protestas estallaron luego de que les fuera negado el tratamiento de hemodiálisis, esencial para mantener sus órganos funcionando.

Según informaron autoridades del hospital, es que el contrato con la empresa proveedora del servicio venció, y no se ha renovado. El resultado, decenas de personas, muchas en estado delicado, quedaron sin acceso al tratamiento que deben recibir varias veces por semana para poder mantener un buen estado de salud.

"Mi vida depende de una máquina. ¿Cómo nos dicen que simplemente ya no está disponible?", expresó una paciente de 57 años que lleva más de tres años sometida a hemodiálisis. Como ella, otros pacientes acudieron a la calle, no a exigir un privilegio, sino a clamar por una urgencia médica básica.

La hemodiálisis no es un tratamiento que pueda posponerse ya que suspenderlo significa acumular toxinas mortales en el cuerpo. A cada hora que pasa sin el procedimiento, el riesgo crece.

Curiosamente, días antes, autoridades se comprometieron a reanudar el servicio el miércoles pasado en unidades médicas de Ixtapaluca y Chimalhuacán. Sin embargo, pacientes reportaron que hasta el momento ese compromiso no se cumplió.

"Nos mandaron a Ixtapaluca, pero ahí tampoco hay espacio. Estamos rebotando de un lugar a otro como si nuestra vida no valiera nada", denunciaron.

La falta de previsión, de acuerdos contractuales y de respuesta médica oportuna está poniendo en riesgo a una población vulnerable. Las familias no solo enfrentan la angustia de ver deteriorarse a sus seres queridos, sino que además deben cargar con los costos de transporte, espera, y en algunos casos, tratamientos privados imposibles de costear.

Hasta el momento, las autoridades de salud no han ofrecido una solución concreta y funcional. Mientras tanto, los pacientes siguen esperando, no por un turno, sino por la oportunidad de seguir viviendo.