Té de manzanilla: beneficios y usos de una infusión ancestral

Té de manzanilla: beneficios y usos de una infusión ancestral

El té de manzanilla es una de las infusiones más populares del mundo, apreciada tanto por su sabor suave y floral como por sus propiedades medicinales. Se prepara a partir de flores secas de la planta Matricaria chamomilla, conocida por sus efectos calmantes y digestivos.

Es una planta herbácea que ha sido utilizada desde la antigüedad, especialmente por civilizaciones como la egipcia, griega y romana, que la empleaban con fines medicinales y rituales. Con el paso del tiempo, su uso se difundió por todo el mundo, convirtiéndose en una de las hierbas más reconocidas en la medicina tradicional y herbolaria.

Tradicionalmente se ha utilizado para aliviar malestares estomacales, reducir la inflamación y favorecer el sueño; además de que su consumo antes de dormir es común entre personas que padecen insomnio o ansiedad leve, gracias a sus compuestos naturales con efectos sedantes suaves, como la apigenina.

El té de manzanilla puede ayudar a calmar cólicos menstruales, reducir gases y mejorar la digestión después de comidas pesadas. También se toma de forma tópica para aliviar irritaciones en la piel o enjuagues bucales contra inflamaciones.

Aunque es una infusión segura para la mayoría de las personas, se recomienda precaución en personas alérgicas a plantas de la familia de las asteráceas (como la ambrosía o las margaritas), y consultar con un profesional de salud antes de consumirlo en caso de embarazo o uso de medicamentos.

En resumen, el té de manzanilla es mucho más que una bebida reconfortante ya que se considera un remedio natural milenario con beneficios comprobados que pueden apoyar el bienestar físico y emocional; además de que, nada mejor que un té por la mañana.