domingo, 29 de julio de 2012

Samurái. Tesoros de Japón llega a Museo de Antropología

Samurái. Tesoros de Japón llega a Museo de Antropología

En reciprocidad por exposición Esplendor del México Antiguo: Los Olmecas


Teotihuacan en línea. INAH. Cerca de 200 piezas históricas, algunas de ellas consideradas tesoros del antiguo Japón, pueden ser admiradas por el público mexicano a partir de este 27 de julio, en el Museo Nacional de Antropología (MNA), en una exposición que da cuenta de los señoríos samuráis (shogunatos), reconocidos por su poderío militar y político, así como por sus aportes a la cultura y las artes del “país del sol naciente”. Espadas, flechas, arcos e imponentes armaduras, utilizadas entre los siglos VII al XIX por los antiguos guerreros japoneses, son exhibidas en la muestra Samurái. Tesoros de Japón, que llega a nuestro país en el marco de los 400 años de relaciones entre México y Japón; y en reciprocidad por la exposición Esplendor del México Antiguo: Los Olmecas, que se presentó en las urbes de Kyoto, Tokio, Kitakyushu, Nagoya y Kagoshima, entre 2010 y 2011. El recorrido inaugural de la muestra fue encabezado por Alfonso de Maria y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), y Shuichiro Megata, embajador de Japón en México, acompañados por Diana Magaloni, directora del museo anfitrión, e Hiroshi Okada, director del Museo de la Ciudad de Nagoya, recinto del que provienen las piezas. La propuesta museográfica, organizada por el INAH, forma parte del ciclo Grandes Civilizaciones, y a través de 180 piezas explica la trascendencia de esta cultura milenaria en la conformación del Japón actual, al detentar el gobierno durante más de 900 años (900-1868 d.C.) y establecer las bases artísticas del país asiático, con el desarrollo de la pintura, la literatura y la alfarería, en el periodo de unificación japonesa (1600 a 1868). En el equipo curatorial participan arqueólogos y museógrafos mexicanos de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, con la colaboración de los arqueólogos japoneses Takato Tsuda y Torii Katzuyuki, del Museo de la Ciudad de Nagoya.Además de los característicos artefactos de guerra, el conjunto de objetos incluye grabados, pergaminos, pinturas en papel y corteza de madera, así como kimonos (vestidos tradicionales de Japón) y piezas cerámicas que refieren al pasado artístico de los samurái, que del siglo XVII al XIX dejaron los combates en un segundo orden para dar paso a las artes.
El arqueólogo Miguel Báez Pérez, coordinador académico de la exposición, mencionó que los samurái tienen su origen en la cultura japonesa Kofún, que se caracterizó por la práctica de la guerra a través de militantes obtenidos por reclutamiento, del siglo III al VII. Fue a mediados del siglo VII hasta el X que comenzó la formación de guerreros de elite, conocidos como samurái, al servicio de un señor, los cuales hicieron de las batallas una forma de vida hereditaria y obligatoria, que se aprendía desde la infancia.Al respecto, se exhibe la figurilla de un caballo de terracota de 80 centímetros de altura, creada en el siglo VI, previo a la época de los samurái, la cual fue hallada en la tumba de uno de los dirigentes de la cultura Kofún, ya que este animal era de uso exclusivo de los grandes señores que ostentaban poder y excentricidad, para los que representaban símbolo de fortaleza y de lo foráneo, al haber sido introducidos al país asiático a través de la península de Corea, a principios de nuestra.
Mediante los casi dos centenares de piezas japonesas de cerámica, papel, tela, madera y principalmente metal, se explica el gran poderío samurái, que de 900 a 1600 d.C., encabezó un gobierno militar del que emanaron diversas batallas entre clanes, inestabilidad política y constantes enfrentamientos, que a su vez, motivaron la creación de majestuosas armaduras y espadas conocidas como katanas.“En ese sentido, comentó Báez Pérez, se exhiben algunas pinturas sobre diversos guerreros, como las de Kato Kiyomasa y Ieyasu Tokugawa, así como objetos que representan un campamento samurái, entre ellos, prendas de seda, dos arcos y flechas, y un abanico y un bastón (utilizados para crear señales). También se muestra una armadura samurái tipo yoroi, en tonos blanco, rojo y negro, elaborada en hierro, piel, laca y seda, la cual es un ejemplo de las primeras utilizadas por los guerreros japoneses, que se caracterizaron por ser rígidas para protegerlos de las flechas en los combates a caballo y con arcos; a partir del siglo XII, este tipo de elementos dejaron de elaborarse para las batallas, y se convirtieron en objetos simbólicos que representaban el elevado poder e historia familiar de quien las poseía. Asimismo, se exhiben diversas katanas y naginatas grabadas con el nombre del lugar y la firma (mei) del herrero o de la familia que se dedicaba a la fina y difícil labor de forjar espadas, como la que fue hecha por la familia Unshō, que data del siglo XIII o XIV; además de una espada de acero, de 79 centímetros de largo, del siglo VI, el arma más antigua que se muestra en la exposición, conocida como sable tipo taichi, prototipo y antecedente directo de las katanas.“El liderazgo militar de los samurái continuó hasta 1600, cuando Tokugawa derrotó a los principales señores o guerreros, en la considerada la última gran batalla, llamada Sekigahara”, indicó Miguel Báez.“Como símbolo de su triunfo, Tokugawa mandó crear el Castillo de Nagoya (1610). A partir de entonces, dicho guerrero unificó Japón y logró un lapso de paz y decadencia del poder militar de más de 200 años, periodo en el que los samurái se dedicaron a la burocracia y las artes, al convertirse en políticos y administradores de la corte, así como poetas y literatos que contaban sus duelos, pintores y alfareros que plasmaban tanto a la naturaleza como enfrentamientos, y sastres, encargados de crear finos kimonos bordados en seda". La exposición nipona incluye objetos artesanales, como un kimono de seda (1.47 metros de largo) hecho en el siglo XVIII, de mangas largas y diseños florales, prenda considerada vestimenta formal, por lo que es probable que las mujeres lo hayan portado en bodas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Interesante e!

Anónimo dijo...

He llegado a la conclusión que el dragon que baja de la piramide de teotihuacan tiene que ver con la cultura japonesa