sábado, 23 de febrero de 2019

Los aspirantes en el PRI

Los aspirantes en el PRI


Teotihuacán en Línea. Francisco Ledesma. Han pasado apenas ocho meses de que perdieron la Presidencia de la República y escasos ochenta días de haber desalojado Los Pinos, y resulta abrumador los intereses políticos que se advierten en la ruta sucesoria por la dirigencia del PRI nacional y estatal; y detentar el control de un cascarón partidista sin recursos financieros, con un puñado de municipios, todos los caminos llevan al PRI. El priísmo nacional y local han abierto la puerta para organizar una consulta a la base para elegir a su próxima dirigencia. A nivel nacional, han surgido con claridad cinco candidaturas: Alejandro Moreno, Ivonne Ortega, José Narro, Miguel Ángel Osorio Chong y Ulises Ruiz, por orden alfabético que no de importancia ni de posibilidades de lograr su objetivo. Y esa revuelta anticipada, ya ha generado las aspiraciones en el ámbito del priísmo mexiquense. La intervención de los exmandatarios parece preponderante en el futuro del partido en el poder de la gubernatura. Y es ahí donde se debe hacer un primer balance, sobre quiénes siguen pesando en el andamiaje delmacista; y quiénes otros han sido desplazados en la toma de decisiones del poder central. Eruviel Ávila, el gobernador de más reciente mandato es el menos influyente, y padece de un destierro político, que ha derivado en un desplazamiento de su círculo cercano en las posiciones de privilegio. Pese a todo, ha comenzado a despuntar a su operador político más confiable: José Manzur.
El hombre de las grúas, vigente como secretario técnico de la comisión de Marina en el Senado de la República, se ha comenzado a promocionar con sus aliados. Del otro lado de la acera, el exgobernador Arturo Montiel también tiene sus alfiles en la sucesión. Desde la diminuta bancada priísta, Miguel Sámano -su exsecretario particular- ha comenzado a placearse en su zona de confort, el norte del estado, mediante la entrega de bastones, cobijas y despensas que difunde con sus afines, y que nadie sabe de dónde provienen ni a dónde van, si es que los legisladores locales ya no cuentan con el PAC, o si la Sedesem le otorga un trato preferencial a los diputados priístas.
Contrasta que los exgobernadores más influyentes en el gobierno delmacista mantienen sus cartas ocultas. El expresidente, Enrique Peña, pieza decisoria en la sucesión nacional y estatal, tiene replegado a su grupo político, como en espera de los tiempos y las condiciones para reinstalarse. De la estrategia priísta no se puede eliminar a los peñistas, que tanto se han mencionado y no han aparecido tras el abandono del poder: Luis Miranda, el más cercano, actual diputado federal; Francisco Guzmán, el más incondicional; y Erwin Lino, quien de a poco ha ido posicionando a su círculo en los últimos ajustes del gabinete.
César Camacho desde el Colegio Mexiquense incide en muchas decisiones del gobernador. A él se atribuye el ungimiento de la actual dirigente, Alejandra del Moral, a quien llevó como compañera de fórmula por el Senado de la República con magros resultados; y cuyo sacrificio electoral se habría pagado con la fugaz presidencia tricolor. Ahora bien, César jugaría su apuesta con Eric Sevilla -actual secretario de Desarrollo Social-, y quien ha logrado ganarse la confianza de Alfredo Del Mazo, desde que el primero le ayudó a ganar al segundo, la diputación federal por Huixquilucan con los votos de Lerma, cuando desde la dirigencia estatal priísta le habían tendido la cama al hoy gobernador de la entidad. A Chuayffet le atribuyen la derrota de Ernesto Nemer, desde la dirigencia estatal priísta en la más reciente elección, y por esa razón, ni lo voltean a ver ni tampoco a su grupo.

Emilio no vive el mejor momento. Sin embargo, Del Mazo tiene sus propios afectos, intereses y decisiones que se podrían contraponer a las presiones de los exgobernadores. Elías Rescala es el hombre más cercano, el operador político por antonomasia que requiere a su lado, y su salida al partido es inviable. Miguel Ángel Torres aspira y se promociona desde el gabinete, y es bien visto por el círculo político, pero no tiene suficiente ascendencia entre la militancia. Mientras que Juan Millán, tiene la suerte cruzazulina, cuando quiso ser alcalde de Huixquilucan se le atravesó Carlos Iriarte; y cuando soñó ser coordinador en la Legislatura, se le apareció Sámano desde una suplencia, por lo que prefiere no levantar la mano hasta tener condiciones para asegurar su posición. El PRI ya es un hervidero, y aunque falta más de medio año para los tiempos de la renovación, el próximo 4 de marzo con motivo del noventa aniversario del longevo partido, servirá como una especie de banderazo. Sin embargo, los más anticipados podrían tropezar en el camino, porque de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni dudarlo Yo votaría por Meade si el fuera de nuevo

Anónimo dijo...

Por ahorita no hay para escoger pero si fueran las votaciones hoy ya votaría por cualquiera con tal de que se vaya el Lopez