La vergüenza: De policías a secuestradores
Edoméx en Línea/Teotihuacan en Línea. Paolo Sampayo. CDMX. En el transcurso de su turno, Juan "N", Uriel "N", José "N" y Julio "N", formando parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX y armados con el objetivo de proteger a la ciudadanía, actuaban como si estuvieran del lado de la ley. Sin embargo, al quitarse el uniforme azul, se dedicaban a secuestrar.
Estos cuatro individuos se conocieron mientras arriesgaban sus vidas patrullando y siguiendo órdenes, con el firme propósito de prevenir el delito en sus respectivos sectores. Aunque su desempeño era normal, algunos de ellos tenían la aspiración de ascender en la honorable corporación, siendo admirados por sus familias y amigos.
La labor policiaca es peligrosa, pero estos individuos no se conformaban con su sueldo y decidieron arriesgarse aún más para obtener una mayor ganancia económica. Pasadas algunas semanas de discutir su plan, comenzaron a secuestrar a personas para obtener un rescate. Su conocimiento en el campo policiaco les abrió la puerta al mundo delictivo.
El jueves 13 de abril, algo salió mal y fueron detenidos por sus propios compañeros, frustrando sus ansias ambiciosas. El secuestrar a una persona les causaba una excitación plena de los sentidos, llevándolos a actuar con violencia física y presión psicológica hacia sus víctimas.
En la tarde del día mencionado, en las calles de la colonia Villa Coapa, los secuestradores se aproximaron a su víctima, la sometieron y la obligaron a subir a un vehículo blanco tipo sedán, mientras un automóvil azul y una motocicleta servían como muro. Sin embargo, los buenos policías seguían de cerca sus movimientos y, al percatarse de que una persona era llevada como rehén, intervinieron.
Al acercarse, se dieron cuenta de que había compañeros involucrados entre los delincuentes, pero llenos de honor y lealtad, procedieron a capturarlos. Los señalados habían manchado las insignias y deshonrado a la corporación. Los policías que eligieron el camino equivocado, junto con otros cuatro cómplices, terminaron detenidos.
En su poder se encontraron tres armas de fuego, nueve celulares y un radio de comunicación, indicios que reforzaron su responsabilidad en los hechos. Fueron trasladados a la Fiscalía de Investigación del Delito de Secuestro, en la alcaldía Azcapotzalco, bajo un fuerte dispositivo de seguridad
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