Óptica Ciudadana QUERIDOS REYES MAGOS
(*)
Por José Luis Hernández
Jiménez
“Alguien de Ustedes, estimados lectores, ¿escribió alguna
vez su carta a los Reyes Magos, antes del 6 de enero? Va una cata, pero escrita
no antes sino en la fecha mágica, el mero 6 de enero. De antemano ofrezco
disculpas a los que piensen que, “las malas palabras” son…malas palabras.
“Queridos Reyes Magos
“Les extrañará que les escriba el 6 de enero, pero quiero
aclarar ciertas cosas que me han sucedido desde el día primero de este mes en
que, lleno de ilusiones, les hice mi carta, en la que les pedía un Xbox, una
bicicleta, una consola de videojuegos y una laptop.
“Me destrocé el cerebro estudiando todo el año, tanto que no
solo fui el primero de mi clase, sino que obtuve la mejor nota de la escuela
donde estudio. No les voy a engañar. No hubo nadie en el barrio que se portara
mejor que yo con mis padres, con mis hermanos, con mis amigos y con los
vecinos. Hacia mandados, ayudaba a los ancianos a cruzar la calle, y no se presentaba
nada que estuviera a mi alcance que yo no hiciera por la humanidad.
“¡Qué huevos tienen ustedes! ¡Dejando debajo de mi cama un
pinche trompo que ya ni se usa, una puta corneta, y un ojete casete que ya no
hay ni dónde escucharlo! ¿Qué carajo se han llegado a pensar, trío de mal
paridos? O sea que me han cogido de su pendejo durante todo el año para salirme
con una cagada de esa categoría; y no conforme con eso, el maricón del hijo de
la señora a quien mi papá le maneja el coche, a ese junior de mierda, sin
educación, malcriado y desobediente, que no se puede entrar a su casa de la
cantidad de juguetes que tiene regados por todas partes, a ese cabrón sí le
trajeron todo lo que les pidió.
“Por eso tiene que venir algo que nos hunda y que nos
desmadre, porque con unos Reyes Magos como ustedes, tan pinches y falsos, qué
país se va a salvar. Eso si, no dejen de verme el año que viene porque voy a
entrarle a pedradas a sus malditos camellos, para que se les espanten y tengan
que chingarse a pie, como yo, ya que la bicicleta que les pedí era para ir a la
escuela que queda en casa de la chingada.
“Y no quisiera despedirme sin mentarles la madre a los tres.
Ojalá que los acusen de terroristas, los fusilen o les den silla eléctrica o
los cuelguen, como al tal Husein, para que no sean tan ojetes. Sobre todo el
pinche negro Gaspar, a quien dirigí mi carta.
“Bien decía mi madre: no te fíes de los pinches negros, que
siempre la cagan. Pero el año que viene, van a saber lo que es un muchacho malo
y cabrón y entonces voy a firmar mi carta, como El Cabrón.
“PD. El trompo, la corneta y el casete, pueden pasar a
recogerlos, para que se los metan por el culo.
CCP. Santa Clos”.
“PD.1.La carta anterior, nos fue entregada hace 25 años, a
Heberto Castillo y a un servidor,