¿Se pueden descubrir enfermedades por el olor de los pedos?
Teotihuacán en Línea/Edomex en Línea. Todo el mundo, en
mayor o menor medida, se tira pedos. A veces, lo hacemos de forma ocasional,
pero otras veces se convierte en una necesidad constante e incómoda que puede
enmascarar problemas de salud importantes. De hecho, según se recoge en un
documento profesional publicado en el Manual Merck, el número medio y normal de
este tipo de gases es de entre 13
a 21 al día, muy por encima de esto, podría existir un
problema de salud.
Pero no sólo la cantidad de pedos puede indicarnos que algo
no va bien, sino que el olor de los mismos también. Aunque el olor vaya
relacionado en la mayoría de las ocasiones con la alimentación, también hay
otros factores que influyen en ello.
Como explica Marta Romero, nutricionista y titulada superior
en Dietética (TSD) especializada en obesidad, conducta alimentaria y patologías
digestivas, “En personas sanas, los pedos son gases que se producen al tragar
aire cuando comemos o cuando las bacterias del colon descomponen (fermentan)
ciertos alimentos”.
La diferencia que hay entre los pedos y los eructos está en
la situación del gas, ya que, como explica, “El aire que tragamos puede
quedarse en el esófago/estómago o pasar al intestino. Los eructos son más
comunes, por ejemplo, al masticar
chicle, en personas con dentadura postiza, al fumar, al comer muy rápido, al
chupar caramelos o al beber bebidas con gas, pero pueden aumentar con un
estómago poco ácido, reflujo, acidez, dolor estomacal”. Por su parte, “Los
pedos serán gases contenidos en el intestino o fruto de la fermentación de las
bacterias”.
Enfermedades que pueden enmascarar
Tal y como apunta Romero, los gases pueden ser un síntoma de
enfermedades o problemas gastrointestinales. “Cuando hay gases malolientes, sin
ruido, hinchazón, reflujo, estreñimiento o diarrea, malas digestiones, un
abdomen que se hincha a medida que pasa el día es posible que exista un
problema que hay que tratar”, afirma, lo que ocurre es que “son síntomas
normalizados que no suelen consultarse”, lamenta, aunque tienen solución.
Entre otros problemas “Podemos encontrar SIBO,
hipoclorhidria, inflamación intestinal, síndrome de intestino irritable,
microbiota poco equilibrada, enfermedad celíaca, alguna intolerancia quizás a
la lactosa/fructosa/sorbitol, permeabilidad intestinal”. Además, desde el
National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, añaden otros
como los problemas para digerir los carbohidratos, entre los que se incluyen:
la intolerancia a la lactosa, a la fructosa y la celiaquía.
Por ello, es importante acudir al médico ante síntomas como:
Pérdida de peso (involuntaria)
Sangre en las heces
Dolor torácico
Alimentos que hacen que nos tiremos más pedos
La alimentación juega un papel muy importante en la
aparición de los pedos. Según la experta, “Los que dan lugar a esta situación
suelen ser fibras, almidones e hidratos sin digerir y que más tarde, ciertas
bacterias del colon fermentan (digieren) dando como resultado del proceso estos
gases”. Esto es muy importante porque “digieren lo que nosotros no podemos
digerir y a cambio nos proporcionan sustancias beneficiosas.
Algunos ejemplos de alimentos que causan más gases son:
Manzana.
Espárragos.
Brócoli
Coliflor
Alcachofas
Chicles
Bebidas azucaradas
Caramelos
Edulcorantes, como el
sorbitol, utilizado en algunos alimentos.
¿Qué pasa con el olor?
El olor de los pedos depende de la alimentación, sí, pero
también de “Si tenemos un exceso de bacterias malas o un déficit de bacterias
buenas en el organismo algo que se nota cuando cambia su alimentación. Y esto
es así porque, por ejemplo, “Las bacterias que estaban acostumbradas a comer
azúcar no comen verdura por lo que las que comen verdura apenas existen. Esto
hace que, hasta que solucionamos el problema y equilibramos la balanza,
tengamos síntomas”, explica Romero. Añade, “Es muy común que alguien que no
come muchas legumbres, diga que le sientan mal, ya que no tiene acostumbradas a
sus bacterias a este alimento y nadie se encarga de digerirlas”.
Y es que, la mayor parte de este tipo de gases están
compuestos por hidrógeno, anhídrido carbónico, nitrógeno y metano, que no
huelen mal, sino que el mal olor procede de estas otras bacterias presentes en
el intestino grueso y que se producen al digerir algunos alimentos. Los huevos,
la carne y la coliflor por ejemplo, son ricos en azufre, lo que propicia la producción de sulfuro de
hidrógeno, cuyo olor es muy semejante al de un huevo podrido.
También puede deberse a una disbiosis, es decir, “A un
exceso de bacterias en el intestino, una situación que va acompañada de gases,
hinchazón o la sensación de que ciertos alimentos sientan mal. Si por ejemplo
no comemos fibra suficiente, las bacterias no tendrán hidratos que fermentar y
pasarán a hacerlo con las proteínas”. Esto, prosigue, “Se nota cuando los pedos huelen como a huevo
podrido (aumentan las bacterias proteolíticas). De ahí la importancia de comer
muy variado para tener todo tipo de bacterias”.
Para ello, la nutricionista aconseja “Aumentar el consumo de
proteína vegetal, como las legumbres, aumentar el consumo de frutas y verduras,
disminuir la cantidad de proteína animal (carne, leche, embutido) o, incluso,
corregir ciertas situaciones como disbiosis o permeabilidad intestinal, que
suele existir asociado a este tipo de síntomas”.
Consejos para evitar el mal olor
Aumentar el consumo de grasas saludables, como el pescado
azul, los frutos secos, aguacate, aceite de oliva o coco (siempre virgen), aumentar
el consumo de polifenoles como el de los arándanos, frambuesas, cacao,
almendras, granada. Frutas y verduras, en general. Consumir alimentos
ricos en quercetina como el trigo sarraceno, la manzana, las alcaparras y los
espárragos. No abusar de hidratos
de carbono como azúcares o harinas refinadas. y, en un principio y hasta que
mejoren los síntomas, evitar el consumo de pan y harinas integrales ni
alimentos con mucha fibra